El Gobierno insiste con traspasar los hospitales a las provincias

El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, defendió la transferencia de la gestión de hospitales nacionales a las provincias, en línea con políticas privatizadoras similares a las del Gobierno de Carlos Menem. Según Francos, la administración de la salud es una “responsabilidad” de cada jurisdicción, y los hospitales bajo control nacional deberían pasar a manos provinciales. Esta postura surge en medio de la crisis en los hospitales Garrahan y Laura Bonaparte.

El Gobierno de Milei argumenta que la gestión centralizada de hospitales nacionales genera un gasto anual de $450.000 millones, cifra que buscan reducir en su plan de déficit fiscal cero. “No tiene lógica que la Nación gestione un hospital en una zona y no en otra”, afirmó Francos, subrayando la intención de descentralizar la administración hospitalaria para disminuir la dependencia de recursos nacionales.

Actualmente, el Gobierno nacional gestiona cuatro hospitales, entre ellos el Posadas, el Laura Bonaparte, el Garrahan y el Baldomero Sommer. También financia siete hospitales de alta complejidad bajo el modelo SAMIC, como el hospital El Cruce en Florencio Varela. Este plan de descentralización se suma a otras medidas de Milei para privatizar empresas y organismos estatales, con el fin de optimizar recursos y reducir la intervención del Estado en áreas que, según ellos, no son esenciales.

El traspaso de los hospitales a las provincias ha generado preocupación en varios sectores de la salud, que temen un posible deterioro en la calidad de la atención debido a la falta de recursos locales, tal como sucedió en los años noventa.

Asimismo, muchas provincias no cuentan con el presupuesto ni la infraestructura necesaria para asumir estas responsabilidades, lo que podría profundizar las desigualdades en el acceso a la salud pública.