Ezequiel Ipar es sociólogo y dirige actualmente el Grupo de Estudios Críticos sobre Ideologías y Democracia en el Instituto Gino Germani de la UBA. En diálogo exclusivo con diario Hoy, analizó la figura del líder de La Libertad Avanza, pero también lo que se espera de los otros espacios políticos para octubre.
El triunfo de Javier Milei en las Primarias presidenciales del mes de agosto generó, además de la sorpresa inicial, la necesidad de analizar por qué una parte del electorado se siente seducida por la propuesta del referente de La Libertad Avanza, y también la obligación de la política tradicional de interpelarse y encontrar nuevos caminos que permitan evitar la llegada al poder de sectores profundamente antidemocráticos y antiderechos.
Ezequiel Ipar es sociólogo, doctor en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires (UBA), doctor en Filosofía por la Universidad de San Pablo (USP) y dirige actualmente el Gecid (Grupo de Estudios Críticos sobre Ideologías y Democracia) en el Instituto Gino Germani de la Universidad de Buenos Aires. Con él dialogamos justamente sobre la figura de Milei, las razones de su triunfo en las PASO y el avance de estos sectores no solo en Argentina, sino a nivel global.
En ese sentido, consideró que hay tres cuestiones que pueden enumerarse como los motivos del triunfo libertario a grandes rasgos: “La primera es, sin dudas, la cuestión económica. Si bien la declinaría en términos de pensar que hay muchos modos de llevar la crisis económica, esta es una crisis económica demasiado larga y que impactó de un modo muy particular en las expectativas de los jóvenes en la pospandemia”.
“La segunda causa es una estrategia global de las derechas radicales, ha sido sumamente eficiente esta estrategia comunicacional en muchos países, algunos de los cuales no tenían crisis económicas. De hecho, cuando Trump logra ganar, Obama venía de dejar un país mejor que el que había encontrado, pero hay nuevas estrategias de las derechas radicales, que supieron usar las herramientas digitales y las vulnerabilidades de las redes sociales, en términos de exponer información de la población de modo tal de emitir nuevas formas de control y de incidencia sobre el espacio público. Entendieron que tal vez justamente estas ideas que no se externalizan tienen en las redes su más potente medio de comunicación, se entrenaron muy rápido”, consideró el sociólogo.
En ese sentido, añadió: “Cuando uno veía la presencia de Milei en redes, eso tiene un financiamiento detrás; lo quieren hacer ver como algo amateur, pero en el caso de Trump se demostró que estaba una enorme consultora detrás, que tenía mucha información que podía dirigir mensajes muy personalizados, y el Estado argentino no hizo nada para advertir este peligro, las personas con mucha inocencia se expusieron y esta es una estrategia que usa esta vulnerabilidad”.
“El tercer tema que pondría como causa del resultado electoral para Milei es la falta de alternativa, la falta de un programa de pospandemia. Lo que faltó fue que se le explicara a la sociedad civil después del sacrificio realizado cuál era el camino de salida, cuál era el modo de trazar un horizonte y el ritmo de esa salida”, sentenció.
En torno al votante de La Libertad Avanza, en términos de si realmente concuerda con el discurso que llega desde dicho espacio, Ipar apuntó: “En el votante de Milei hay de todo, es un fenómeno de masas. No es que no saben, están desconcentrados, saben parcialmente, fragmentos de muchas cosas de las que pasarían; no saben todo lo relevante que implica detonar el Banco Central, la pérdida de la Coparticipación o que desaparezcan los ministerios que sostienen servicios públicos. No hay un tiempo para una reflexión que junte los fragmentos. En otros casos, es cierto que Milei ya tiene votantes que, a pesar de que reconozcan los graves efectos de sus propuestas, están dispuestos o resignados porque no ven otra salida. Hay una relación perversa entre el discurso destructivo de Milei y estos sectores sociales donde, si está todo bastante roto, ¿cuál sería la gravedad que venga un huracán a romper todo? Pero esto tiene una cierta lógica cuando tampoco aparecen alternativas. No es que no tengo nada, pero todo lo que el Estado protector brinda está frágil, desintegrado, sin brillo, y son cosas que parecen del pasado y no tienen proyección hacia el futuro”.
Dentro de este marco, entonces, cabe preguntarse si hay tiempo de aquí a octubre para que la política logre “reconquistar” al electorado: “Del lado del electorado, los grupos que padecen la crisis, hay escucha, hay tensión, hay preocupación y no les convence todo lo que ofrece Milei y no dejan de ver el peligro que implica. Pero depende, porque vos necesitás una fuerza política que ofrezca dos o tres cosas: la primera es horizonte de estabilización, el primer escalón es estabilizar para que no parezca que todo se puede seguir disolviendo, y es clave la estabilidad monetaria, y no es solo económica, es política y simbólica. Lo segundo es atender la precarización, la falta de un horizonte de desprecarización, sobre todo para los jóvenes. No podemos ofrecer un mundo donde les decimos que los que tenemos más de 40 tenemos trabajos estables y a ustedes les tocó la flexibilización, no podés encarar una oferta política desde ese lugar. Hay que ofrecer un horizonte, que podrá ser más largo o más lento, pero el Estado no puede seguir subsidiando empresas que emplean precariamente, y la población lo percibe, a los jóvenes hay que ofrecerles un plan a futuro. Y lo último es hacer una buena campaña, no del miedo, sino de llamar a la reflexión a través de mensajes inspiradores de los riesgos que implica un gobierno de extrema derecha, sobre todo en países con crisis económica como la Argentina”, explicó Ipar.
Asimismo, el sociólogo analizó la necesidad de que sea la propia ciudadanía la que encarne también la batalla discursiva: “No esperaría ni que el Gobierno ni ningún partido político sea el vocero, lo tiene que encarnar la ciudadanía, saber que puede haber diferencias, pero no quiero un mercado de órganos, que las adopciones las regule el mercado... Eso lo tiene que decir la sociedad civil”.
La mirada global
El análisis de Ipar en torno al avance de la extrema derecha a nivel mundial parte de la premisa de que en la actualidad “los partidos de extrema derecha tienen, ya no solo como condición de posibilidad, la oportunidad histórica para la que siempre se prepararon en medio de todos estos déficits del sistema político. Los partidos democráticos juegan con más problemas y complejidades que los partidos de extrema derecha, que están preparados en momentos muy difíciles para ofrecer soluciones muy simples e ilusorias, pero muy violentas”.
“No es que ahora hay condiciones que llevan a que el desencanto popular vaya hacia la derecha, incluso distingo la rebeldía de izquierda sobre la desinhibición de la derecha, porque por un lado está levantarte contra el statu quo que impone condiciones injustas de la población, mientras que la derecha desinhibe ciertos mandatos morales, reglas básicas de la convivencia para reduplicar la imposición de relaciones de poder, potenciar formas muy anacrónicas de dominación. No se trata de, desde la rebeldía, crear una sociedad nueva, sino poner sobre el horizonte sociedades viejas. Todos los líderes de extrema derecha tienen nostalgia por momentos del país injustos e irracionales”, enfatizó el sociólogo.
En ese sentido, apuntó que “Milei tiene de ídolo a Julio Argentino Roca, es decir, volver a una Argentina del colonialismo interno y su violencia; sin embargo, deja a un lado que fue quien sancionó la educación pública, gratuita y universal, tampoco reivindica su lucha contra el clericalismo católico, porque tiene a una vice que tiene fuertes raíces allí”.
“Si vos llegaste hasta acá y mostraste tus déficits, es porque hiciste todo mal, entonces lo que tiene que haber es un giro muy importante de timón, no solo de dirigirlo, sino que exige una creatividad que todavía no la pusieron sobre la mesa”, sentenció sobre el rumbo del Gobierno.