Política

Kreplak, en la mira: “Utiliza excusas ridículas”

El hijo de Jorge Julio López, Rubén López, realizó ayer una conferencia de prensa tras conocerse que la Justicia le había otorgado la prisión domiciliaria al represor y excomisario de la Policía Bonaerense Miguel Osvaldo Etchecolatz, señalado como el responsable de la segunda desaparición de su padre en 2006

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28/12/2017 - 00:18hs

“Es lamentable que un tribunal deje en libertad a un condenado a cinco cadenas perpetuas por genocida, por delitos de lesa humanidad, que no caducan y por eso se llaman de esa manera. Que un tribunal le dicte la prisión domiciliaria porque está un poquito enfermito la verdad que es tomarnos el pelo”, expresó.  

Sobre sus sentimientos al respecto, aseguró estar “con mucha bronca, con mucho dolor”, destacando que más allá de que las querellas vayan a apelar, posiblemente el genocida esté en su casa hasta que las apelaciones lleguen a la Cámara. Por su parte, el exdetenido durante la Dictadura Walter Docters aseguró que como querellante apelará la decisión judicial. “Etchecolatz es un monstruo, no hay un ser humano en sus cabales que sea capaz de diagramar la tortura, la desaparición y la vejación como lo hacía él y no lo digo yo, él lo admitió en el Juicio por la Verdad”, resaltó. 

En este marco, tanto López como Docters se refirieron al escandaloso beneficio otorgado por el juez federal Ernesto Kreplak al represor Eduardo Enrique Barreiro, vinculado a César Milani. Tal como denunció este medio, el magistrado avaló la prisión domiciliaria al genocida porque debía cuidar a su padrastro. 

“Si es genocida y tiene que estar en prisión no importa cuál sea la situación, aunque tenga que cuidar al padrastro que es mayor. Es un genocida y tiene que estar preso, cumpliendo la prisión en cárcel común como cualquiera de los demás”, sostuvo Rubén. 

Por otro lado, Docters manifestó que “es absolutamente coherente con la política del Poder Judicial que se viene dando, que es ir buscando los resquicios, las excusas, para ver de qué manera le pueden otorgar un mayor beneficio a los genocidas. En este caso, (Kreplak) utiliza excusas ridículas como decir que tiene que cuidar al padrastro”, y agregó que “hay un grado de complicidad cada vez mayor y es una burla a todas las conquistas en las cuales la Argentina había sido un ejemplo”. 

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