A instancias de las tareas de investigación, surge la figura de este hombre oriundo de Rojas y trabajador del Banco Provincia con un sueldo abultado, por ser la persona que reservó las instalaciones del séptimo piso. Allí se celebró la reunión que tuvo como finalidad el armado de causas contra sindicalistas.
El largo entramado de la mesa judicial que salió a la luz con la aparición del video donde se ve a dos exministros de la gestión de María Eugenia Vidal, a agentes de la AFI, al senador por la Octava Sección, Juan Pablo Allan, y al intendente de La Plata, Julio Garro, comienza muy lentamente a conocerse y aparecen nombres de personajes desconocidos y de bajo perfil que con sus acciones les dieron movimiento a los engranajes que impulsaron el armado de causas contra sindicalistas y dirigentes sociales, convirtiéndolas en una realidad.
Uno de esos personajes que el video no muestra, pero que es parte importante en esta trama, es Guillermo Alberto Squillari. Oriundo de la localidad de Rojas e hijo de Ricardo Alberto Squillari y María Isabel Maggiolo. Su padre, un metalúrgico que falleció en 2019 a los 72 años de edad, participó en la Cámara de Industria y fue parte del Consultivo del Banco Provincia.
De allí que, seguramente, Guillermo Squillari haya encontrado su realidad laboral también dentro de la entidad crediticia bonaerense. Allí ingresó en marzo de 2012 y hasta el día de hoy cumple funciones con un salario muy por encima de lo que gana el ciudadano bonaerense promedio: su tarea le reditúa mes a mes en su cuenta bancaria la nada despreciable suma de 375.000 pesos.
Hasta aquí es una breve biografía de un hombre que no estuvo vinculado a la política de manera explícita. Sin embargo, luego de la aparición del video que pone en evidencia la mesa judicial, su nombre aparece en varios correos electrónicos donde se comienza a gestar la reunión en el séptimo piso de la sede porteña del Banco Provincia.
El 14 de junio de 2017, un día antes del encuentro, un extracto del correo dejó asentado: “Me acaba de llamar Guillermo Squillari para reservar hoy y mañana el SUM de 9 a 13 horas por indicación de Emilia Jaime. Viene gente de Gobernación”. Esta breve esquela electrónica evidencia que su nombre tenía el peso suficiente dentro del Banco como para hacer un pedido de estas características.
Por otro lado, Emilia Jaime era una de las personas de mayor confianza del expresidente del Banco Provincia, el macrista Juan Curutchet, para todas aquellas tareas relacionadas con las cuestiones administrativas.
El mismo día, y por separado, se extendió la reserva. “Estimados, de acuerdo a lo conversado, se extiende la reserva el jueves y el viernes de 9 a 18 horas. Ambos días son para Emilia Jaime y necesitarán, según lo informado por
Guillermo Squillari, agua y café”, reza el envío aportado a la Justicia. Esa extensión de la reserva habría dado el tiempo necesario para la instalación de cámaras y micrófonos por parte de la AFI, y para su posterior retiro una vez que se cumplimentó la reunión.
El motivo que se desconoce, e incluso los involucrados no logran descifrar, es por qué la central de espías de Gustavo Arribas espió a sus propios funcionarios y a los de Vidal.
Los legisladores de la Comisión Bicameral de Inteligencia del Congreso ya dialogaron con una empleada de ceremonial (personal estable del Banco), quien relató que aquel día había hecho “ingresar a algunos de los participantes de la reunión”. Además, informaron que las autoridades del Banco Provincia “les entregaron dos e-mails donde la Presidencia de dicha entidad, por indicación de la Gobernación de Vidal, pide la reserva de ese salón de usos múltiples para el 14, 15 y 16 de junio de 2017”, pero indicaron que el encuentro fue el 15.
En relación con la visita a la sede del Banco Provincia en CABA, también recalcaron que era imposible llegar al séptimo piso (en donde se encuentra el SUM) sin que varias personas utilizaran las tarjetas necesarias para abrir las puertas que se encontraban en el camino, lo que deja muy en claro que hubo empleados en el Banco que tuvieron que acompañar a quienes instalaron y desinstalaron las cámaras.
De la mano con esto, Squillari es otro de los nombres que seguramente formarán parte de las próximas convocatorias, teniendo en cuenta que fue él quien efectuó los llamados para realizar la “reserva del SUM” y deberá dar precisiones sobre quién fue el superior que se lo solicitó, así como también con qué finalidad.
Hernán Stella, otro eslabón en las maniobras de espionaje
La Comisión Bicameral de Inteligencia del Congreso de la Nación convocará en los próximos días a Emilia Jaime, la exsecretaria de Juan Curuchet, quien fuera presidente del Banco Provincia en el momento en que se llevó adelante la reunión.
Otro de los citados será Hernán Stella, exgerente de Relaciones Institucionales de la entidad financiera, quien, según una investigación y denuncia de febrero de 2018, estuvo involucrado junto con su esposa en un pasamanos de contrataciones.
Según una investigación periodística, “desde el arribo de Stella al Banco en enero de 2016, su gerencia habría realizado una gran cantidad de erogaciones a nombre de la empresa Smart Comunicación SRL, gerenciada por la socia de su esposa. El monto total de estas transacciones asciende a $3.168.900”.
Además de transacciones por montos que van de 14.000 a 30.000 pesos, cada mes se realizó una erogación que roza los 300.000 pesos. De acuerdo a la declaración jurada de Stella, se declaran honorarios por 301.000 pesos por parte de su esposa, la trabajadora ad honorem del Banco; y luego se vuelven a declarar ingresos por casi medio millón de pesos provenientes de la empresa Smart Comunicación, propiedad de la esposa de Stella y Laddaga, gerenta de la empresa Media Office SRL, adonde figuran transacciones por más de tres millones de pesos.