Insaurralde, Kicillof y Máximo Kirchner participaron en Lomas de Zamora de la primera aplicación de la vacuna en un geriátrico de todo el país
Durante la jornada, fueron vacunados adultos mayores y trabajadores de una residencia geriátrica.
Proporcionalmente, cada formoseño recibe de parte del Gobierno nacional $4,28 por cada peso que recibe un bonaerense y, de todas formas, la pobreza es mayor en la provincia del Noreste. Una pésima administración que Alberto Fernández marca como ejemplo a seguir.
31/01/2021 - 00:00hs
Formosa tomó nuevamente notoriedad pública en las últimas semanas, cuando desde distintos frentes se cuestionó a su gobernador Gildo Insfrán, por el trato que les da a sus coterráneos debido a las medidas que toma para combatir la Covid-19.
Desde este multimedio se señalaron las inconsistencias que se marcan sobre esta provincia y que pueden ver todos los que no pertenecen al Frente de Todos, pero que desde el oficialismo toman como “campañas mediáticas en contra del gobernador”, a quien el Presidente de la Nación consideró “uno de los mejores políticos y seres humanos” de nuestro país.
Lo extraño de este ser humano y político “ejemplar” es cómo siendo durante las últimas dos décadas y media el titular del Ejecutivo de su provincia administró tan mal los fondos que desde Balcarce 50 se le envían en concepto de coparticipación federal, porque, de todo lo recaudado en la Nación en concepto de impuestos federales, recibe el 1,7%.
Los números sobre la mesa
Poniendo los números en el papel, el país recauda unos 6.635.238.000.000 pesos (algo más de $6,6 billones), de los cuales la provincia del Noreste argentino recibe $112.799.046.000 en materia coparticipativa anualmente. Esta cifra es el 95% de su presupuesto provincial, es decir que solo genera el 5% restante.
Ese monto indica que, en relación a la cantidad de habitantes que allí residen (605.193), el Gobierno nacional invirtió 186.385,25 pesos por cada uno durante 2020, es decir $510,65 por día por persona.
Teniendo en cuenta esa cifra, Nación destinó unos $15.532,10 pesos a cada formoseño por mes y, sabiendo que una familia tipo cuenta con cuatro personas, la cifra asignada a ella sería de 62.128,41 pesos, más de $10.000 por encima del costo de la canasta básica en diciembre del año pasado, que era de 51.775 pesos.
Pero si el costo de la canasta básica marca la línea que separa a las familias pobres de las que tienen lo necesario para vivir, y viendo que mensualmente desde el Ministerio de Hacienda de la Nación se destina un 17% por encima de lo necesario para cada formoseño, ¿cómo se explica que casi el 43% de la población de la provincia que Insfrán administra desde hace más de 25 años sea pobre?
Formosa vs. Buenos Aires
Para poder entender un poco más, es menester comparar la provincia de Insfrán con el lugar donde reside la mayor cantidad de habitantes en el país. Formosa aporta apenas el 0,8% del PBI; Buenos Aires, el 40%. La provincia del Noreste tiene una proporción 29 veces menor en cantidad de habitantes que la que administra Axel Kicillof. El 1,7% en concepto de coparticipación que reciben los formoseños se traduce en 4,28 veces más que lo que recibe cada bonaerense, para los que se destinan 119,18 pesos diarios.
Sobre este punto es necesario aclarar que Buenos Aires recibe 11,5 puntos de coparticipación, que se traducen en 763.053.370.000 pesos. Eso significa unos $43.500,72 anuales para cada uno de los 17.541.141 habitantes de los 135 municipios de la Provincia. Con esos números se puede concluir que cada bonaerense recibe apenas el 23,34% de lo que recibe cada formoseño.
Este desglose solo demuestra que, con una asignación sensiblemente más alta en términos reales que la que le toca en suerte a la provincia que más aporta al PBI del país, Insfrán administra un territorio (mucho más pequeño) con índices de pobreza mayores, sin producción ni promoción turística y con un sistema de salud que dista de ser el ejemplo que se quiere mostrar.
Un cuarto de siglo de desinversión
Esto es inaceptable, teniendo en cuenta que durante 25 años fue él quien administró la provincia, lo que deja a las claras que no tuvo jamás en sus planes políticas de largo plazo que bien podrían haberse aplicado, y que obviamente no se hicieron.
Ante la evidencia, solo queda pensar que Formosa se comporta como parte de un reino donde gobierna un señor feudal, que se ha encargado de aniquilar todas las instituciones, controlando los tres poderes, persiguiendo a la prensa independiente y a quienes piensan diferente.
Poder centralizado
Un claro ejemplo de la centralización del poder es Jorge Abel González, quien, con el cargo de ministro de Gobierno, Justicia, Seguridad y Trabajo, tiene en una sola cartera el manejo de cuatro de las áreas más importantes de cualquier gobierno.
Para estos cargos, Kicillof tiene en su gabinete a María Teresa García, Julio Alak, Sergio Berni y Mara Ruiz Malec, por lo que no se le puede reclamar al titular del Ejecutivo formoseño que no busque ahorrar en lo que a sueldos de ministros se refiere.
Administrador de pobreza
Luis Naidenoff, referente del radicalismo formoseño y uno de los críticos más acérrimos de la gestión de Insfrán, califica a su gobernador como un “administrador de la pobreza” y, sobre los métodos con los que ejerce su mandato, publicó hace diez días un tuit que decía: “Violencia, brutalidad y silenciamiento. La fórmula de la represión del gobierno formoseño contra quienes denuncian las violaciones a los derechos humanos en la provincia. Exigimos la liberación urgente de @CelesteRuizDiaz y @gabrielaneme”.
¿El camino a seguir?
Desde el punto de vista económico, Formosa tiene todas las armas para ofrecerles a sus habitantes un pasar mucho mejor que el que les otorga esta administración feudal, con una reducción de su población a la servidumbre y el clientelismo político como eje de una gestión calificada por el Presidente Alberto Fernández como el camino a seguir.