El lucro oculto de un negocio oneroso

Una industria millonaria con remedios caros y pacientes pobres

Política

17/09/2017 - 05:00hs

En el primer semestre del año, la producción farmacéutica obtuvo ganancias mayores a 45.000 millones de pesos a costa de los ciudadanos, quienes padecen la creciente alza en los medicamentos. El negociado detrás de la salud de la población

"En la Argentina de hoy no te podés ni enfermar”, es una de las frases que más se escuchan en los tiempos de crisis económica que se viven en el país. Es que los altos precios de los medicamentos han llevado a que una gran porción de los ar­gentinos haya tenido que recortar sus gastos en materia de salud, lo cual sin embargo no ha repercutido en el negocio farmacéutico, que continúa obteniendo ganancias más que millonarias.

Un informe realizado por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) revela que durante el primer semestre de este año, la industria farmacéutica logró 45.518,5 millones de pesos de facturación neta, un 28,2% más que 2016, cuando había conseguido una ganancia de 35.498,6 millones de pesos.

Del dinero total conseguido por la producción de medicamentos, $42.591 millones fueron de ventas realizadas en el mercado interno, mientras que los restantes $2.927,5 millones correspondieron a ventas efectuadas al exterior. A su vez, el 72% de las ganancias provinieron de productos realizados en el país, y el 28% de los beneficios se debieron a la venta local de medicamentos importados.

La apertura de importaciones de bienes y servicios realizada por el Gobierno nacional ha llevado a que la reventa local de fármacos provenientes del exterior creciera en un 35,2%, un 8,5% más que la facturación de medicinas producidas en el país, que se acrecentaron en un 25,7%.

El número más preocupante del informe del organismo público, que muestra el alto grado de concentración y extranjerización que vive el sector en la Argentina (ver aparte), se da en que el 55% de los dividendos totales de la industria farmacéutica pertenece a laboratorios de origen nacional, mientras que el 45% del lucro restante se lo llevan las empresas extranjeras.

De esta manera, la industria farmacéutica que a nivel mundial ha pasado a ser el tercer sector de la economía, detrás de la venta de armas y el narcotráfico, vuelve a tener altos réditos en la Argentina, en momentos en los que los medicamentos no paran de subir en las farmacias, consolidando una lógica de la ganancia en la que la salud del ser humano ha pasado a un segundo plano.

En caída libre

Los millonarios dividendos que recibe la industria farmacéutica en nuestro país ha puesto a la producción de medicamentos en la mira. En diálogo con diario Hoy, el titular del gremio de Farmacéuticos y Bioquímicos, Marcelo Peretta, afirmó que “la industria viene en los dos últimos años consecutivos aumentando su facturación, pero eso no siempre se reproduce en el ámbito de las farmacias, porque los porcentuales que fija la propia industria que pone las reglas de juego de la comercialización de medicamentos le establece cada vez menos rentabilidad y le deja cada vez menos a las farmacias”.

Para el dirigente sindical, “vemos con preocupación cómo la industria pone precios altos de los medicamentos, no les fija techo, nadie les impone un freno y eso beneficia sus arcas. En las farmacias vemos cómo a la gente no le alcanza la plata para pagarlo, lo que alimenta las industrias millonarias y las farmacias y pacientes en crisis. Mientras ellos se aseguran la rentabilidad determinada, no tienen en cuenta que al eslabón más chico de la cadena o intermedio que es la farmacia no le va tan bien”.

“Hay otro tipo de cosas que pasan en el precio del medicamento, como  la vieja maniobra de esconder la Ley de Genérico que está vigente, ocultándola abiertamente para que el paciente gaste más. Eso hace que no haya una política de precios de medicamentos en la Argentina y ahí se justifica el 30% de ganancias de la industria, es preocupante”, recalcó Peretta.

Por su parte, Marcelo García, presidente del Colegio de Farmacéuticos de La Plata, resaltó que “ el precio de los medicamentos los pone la industria farmacéutica. No los fija ni el Estado ni la farmacia, solamente la industria es la responsable de poner el precio. Hubo un incremento de los precios en los medicamentos que se ve reflejado en toda la cadena, lo cual  no quiere decir que las farmacias vendan más”.

En ese sentido, García indicó que “la industria siempre estuvo un paso más adelante que nosotros. En base a esto, al poner ellos los precios y las ganancias, nosotros nos vamos acomodando al mercado. La diferencia entre la industria y la farmacia es mucha, y la termina pagando la persona enferma, que muchas veces no puede adquirir el medicamento que precisa”.

Los jubilados, al borde del abismo

El PAMI estableció este año un nuevo convenio para la compra de remedios, beneficiando a la gran industria farmacéutica. Graves problemas de los adultos mayores para acceder a los fármacos

Uno de los sectores que más se han visto perjudicados por los altos precios de los medicamentos en la Argentina es sin dudas el de los jubilados y pensionados, que ven resentidos sus magros haberes con precios de remedios que ponen al límite la subsistencia para los miembros de la clase pasiva.

Al elevado costo de las medicinas se suma la decisión del Gobierno nacional de hacer fuertes ajustes en el PAMI. Esto ha llevado a que la obra social le quite la cobertura gratuita a un sinnúmero de medicamentos, por lo que ahora los propios adultos mayores deben afrontar de sus bolsillos los costosos fármacos.

Además, el convenio que el instituto firmó en junio pasado con la industria farmacéutica ha beneficiado a las grandes firmas del sector, destinando alrededor de 35.000 millones de pesos para los laboratorios. Este contrato está en el medio de la polémica por tener las mismas características que el que firmó en 1997 Víctor Alderete, el cual duró hasta mayo de este año, cuando fue dado de baja por las inconsistencias que el propio PAMI había advertido en una serie de informes oficiales.

El mundo del revés

De acuerdo a los expertos, la negociación de los medicamentos va en perjuicio del PAMI y a favor de la industria farmacéutica. Christian González D’Alessandro, director del Instituto de Derecho de las Personas Mayores y Políticas Gerontológicas del Colegio de Abogados, le dijo a diario Hoy  que “en la Argentina está todo al revés: se pone al lobo a cuidar el gallinero. Es decir, se pone a la industria farmacéutica, que es la que maneja y concentra toda la situación monopólica de los remedios, a cuidar el mercado. Una verdadera locura”.

Para el abogado previsionalista, “esto es grave porque se deja de lado al que tiene poder de control, al pequeño farmacéutico del barrio, y eso provoca que esté fuera de todo poder de negociación. Lo que hace encarecer mucho el negocio millonario de los medicamentos es la prescripción por marca y no por genérico”. 

“Todo medicamento debe estar prescripto por genérico. En la situación particular de los jubilados afiliados al PAMI, los médicos siguen prestando receta con el nombre comercial, y eso genera que una misma droga se venda más cara por la marca. Eso es lo que debe modificar entre tantas cosas el instituto”, resaltó González D’Alessandro. 

Un mercado en pocas manos

Una de las características centrales del mercado de los medicamentos en la Argentina es la alta concentración del mismo en pocas manos. Así, de los 300 laboratorios existentes en suelo nacional solo veinte reúnen alrededor del 80% de la facturación y, de las diez principales firmas, cinco son extranjeras.

Las más de 12.000 farmacias que están registradas hoy en territorio argentino son provistas de remedios por parte de las más de 450 droguerías reconocidas por las autoridades nacionales, de las cuales solo cuatro poseen alrededor del 70% del mercado. Esto se reproduce luego en las firmas distribuidoras de remedios, donde cuatro empresas concentran cerca del 99% de las ventas.

A todo esto se le suma que el mercado de las grandes marcas y laboratorios sigue dominando el sector, teniendo las mismas casi el 75% de las ventas totales de medicamentos en la Argentina. Mientras tanto, los remedios genéricos, que por ley deberían reglamentarse en todo el país, solo se llevan el 25% de las ventas.

Aumentos que superan la inflación

Un informe realizado por la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav) señala que, desde la asunción de Mauricio Macri en diciembre de 2015, las 120 drogas de mayor consumo, en función de su precio de venta al consumidor final, han tenido un incremento cercano al 95%, un número muy por encima de la inflación oficial en todo este tiempo, que ronda el 60%, lo que significa un negocio más que redondo para la industria farmacéutica.

En detalle, se destacan subas por sobre el 100% en grupos de medicamentos como ansiolíticos (147%), broncodilatadores (137%), antiinflamatorios (130%), antiespasmódicos (121%), hipocolesterolemiante (114%), antidepresivos (107%), antiulceroso (106%) e hipolipemiante (105%).

A esto se le suma que, tomando una canasta de 12 medicamentos esenciales para los países de la región (midiendo en dólares), se evidencia que la Argentina posee la más cara, valuada en US$ 195, seguida por Paraguay con US$ 115,2, Brasil con US$ 106,87, Uruguay con US$ 94,8 y Chile con US$ 53,96. 

Osvaldo Riopedre, representante legal de la Asociación de Defensa de los Consumidores y Usuarios de la Argentina (Adecua), le dijo a este diario que “los laboratorios siempre fueron millonarios en nuestro país. Falta control del Estado y realmente es un tema muy sensible para la sociedad, porque es su salud. Me parece que hay que buscar mecanismos para controlar mucho más la situación”.

Para el referente de los consumidores, “muchas veces los laboratorios son más influyentes de lo que uno piensa y tienen armas mucho más sofisticadas para pelear por su negocio, acrecentando ganancias millonarias y presionando muchas veces incluso por sobre la salud de los ciudadanos”.

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