“Su ser quería vivir, pero el cuerpo no aguantó más”
13/04/2014 - 07:04hs
Está acusado de asesinar a Anselmo Gómez de Saravia de dos puñaladas, el 10 de marzo, durante un robo en 2, 67 y 68. Lo detuvieron en Claypole tras el análisis de llamadas telefónicas. Coincide con el identikit elaborado
Fueron muchos los indicios que llevaron a su detención, pero uno llama la atención: cayó acusado de un crimen por utilizar los celulares que robó de la casa de la víctima, informaron fuentes policiales.
El sujeto de 32 años que acabó con la vida del constructor Anselmo Gómez de Saravia (67)el pasado 10 de marzo durante un robo fue apresado ayer por los efectivos de la Brigada de Homicidios de la DDI La Plata y personal de la comisaría Novena, cuando fue divisado en la localidad de Claypole, donde vivía y se trasladaba hasta nuestra ciudad y otros lugares para vender diversos productos.
Se pudo llegar hasta él tras analizar los llamados telefónicos que el imputado empleó con uno de los aparatos sustraídos, con el cual llegó a comunicarse con su mujer, permitiendo de esa manera que la policía estableciera recorridos y costumbres.
En una de las comunicaciones le mencionó a su señora el sitio a dónde se encontraba, indicando la dirección exacta; a la vez, las antenas dictaminaron lo mismo, por lo que se confeccionó un plano con un recorrido tentativo. Desde las primeras horas del día, varios agentes vestidos de civil, y guiados por las llamadas telefónicas, identificaron al sujeto buscado, quien portaba una camiseta de Estudiantes.
Más indicios
Más allá de los estudios a los celulares, los oficiales tenían confeccionado un dictado de rostro elaborado por los testigos del crimen. Además, las cámaras del MOPU grabaron al individuo en las inmediaciones de la casa de Gómez de Saravia, en los momentos previos al homicidio, ubicada en 2, 68 y 69. En ellas, se lo ve portando un bolso y caminando con dificultad. Los testigos dijeron que aparentemente tenía colocada una faja en la zona abdominal, por una presunta operación reciente en esa zona.
Los policías no tardaron en darse cuenta, al verlo, de que se trataba del mismo hombre al que estaban buscando, ya que tenía idénticas caracterizas al del dictado de rostro. Además, llevaba el mismo bolso, en cuyo interior –como sospechaban- guardaba mercadería que venía de manera ambulante, como medias, servilletas, velas, repasadores, apliques, franelas y trapos rejilla.
Otro dato relevante es que tenía cicatrices de reciente data en la cara, que podrían ser compatibles a las heridas que le infringió Gómez de Saravia al defenderse, además de que usaba una faja en la región abdominal.
Al identificarlo, se descubrió que no tenía domicilio fijo y que presentaba antecedentes por los delitos de tentativa de homicidio, robo y hurto.
Con todos estos elementos, se le inició una gravísima carátula por “homicidio agravado en ocasión de robo y criminis causa”.