El Tribunal Oral en lo Criminal n°5 dio a conocer hoy el veredicto a Ariel Báez, acusado por la violación y femicidio de Emma e intento de homicidio y abuso sexual contra otra joven.
El Tribunal Oral en lo Criminal n°5 dio a conocer hoy el veredicto a Ariel Osvaldo “Papu” Báez (28), acusado por la violación y femicidio de Emma Córdoba (25) e intento de homicidio y abuso sexual contra otra joven de apellido González, de 29 años.
Báez fue condenado a reclusión perpetua por el femicidio ocurrido en julio del 2017 en la localidad bonaerense de Punta Lara. El fallo fue dictado pasadas las 13 por los jueces platenses Carmen Palacios Arias, Ezequiel Medrano y Andrés Vitali.
Báez, de 28 años, era vecino de Emma (25) cuando la atacó junto a Ana Laura el 8 de julio de 2017 en la casa situada la calle 126, entre 5 y 7, de Punta Lara.
El femicida abusó sexualmente de ambas, las golpeó y, al creerlas muertas, prendió fuego la vivienda, aunque Ana Laura logró sobrevivir.
El hombre comenzó a ser juzgado el 3 de diciembre último y finalmente fue hallado culpable de los delitos de "privación ilegal de la libertad agravada, abuso sexual gravemente ultrajante agravado por el empleo de arma, abuso sexual con acceso carnal agravado por el empleo de arma en perjuicio de Emma Córdoba y Ana Laura González"
También por la "tentativa de homicidio doblemente agravado con ensañamiento y mediando violencia de género en perjuicio de Ana Laura y el homicidio doblemente agravado con ensañamiento y mediando violencia de género de Emma Córdoba".
Durante el debate, la joven sobreviviente detalló todo los padecimientos sufridos cuando Báez, quien vivía con su esposa y su bebé, irrumpió por la fuerza y armado con una pistola en la casa de Emma.
De acuerdo a su testimonio, Emma trató de defenderse y lo atacó con una botella, ante lo cual el agresor comenzó a golpear a ambas con el arma de fuego y las llevó a la planta alta de la vivienda, donde las ató y abusó de ellas.
"Luego, bajó las escaleras y las hizo descender. Con el filo de una pala, golpeó a Emma hasta que perdió la vida. Después se apoderó de pertenencias de las víctimas y se fue. Las encerró con llave mientras la vivienda se estaba incendiando, pero Ana Laura logró salir y pedir auxilio", describió la fiscal de la causa al momento de su alegato.
La palabra de Peña
La fiscal de juicio, Silvina Langone, había pedido que se condene al imputado por los delitos de “violación de domicilio, privación ilegal de la libertad agravada, abuso sexual gravemente ultrajante agravado por el empleo de arma, abuso sexual con acceso carnal agravado por el empleo de arma” concursado con “tentativa de homicidio doblemente agravado con ensañamiento y mediando violencia de género, homicidio doblemente agravado con ensañamiento y mediando violencia de género, hurto y tenencia de estupefacientes con fines de comercialización”.
También les había solicitado a los jueces que consideren como agravante la “pluralidad de víctimas, una de ellas fatal, así como la extensión del daño causado a Emma antes de su fallecimiento y la pérdida que esa muerte generó a su familia”. Además de “la recuperación que debió atravesar Ana tras la violación, uno de los delitos más aberrantes que existen” y requirió que se tenga presente que Báez “conocía los movimientos y horarios de Emma, por ser su vecino, lo que le facilitó planificar el hecho y consumarlo”, requerimientos que fueron valorados por el Tribunal.
El abogado de la familia Córdoba, Marcelo Peña, le dijo a diario Hoy: “Queremos que, a partir de este fallo, algunos legisladores nacionales tomen nota de que hay figuras penales que no alcanzan ni tres códigos penales, sumados a lo que realmente pueda dar la legislación argentina (porque) sabemos que –a partir de los 35 años- este tipo ya va a poder pedir algún tipo de beneficio”.
“Por eso, creo que los legisladores, con este tipo de aberrantes conductas que están tipificadas en la ley, deberían negarles todo tipo de beneficios. Sabemos que nada le va devolver a la familia Córdoba la pérdida de su hija pero, al menos, el concepto de justicia va a determinarse con eso: que esta persona no salga nunca más en libertad”, agregó.
Un bestial ataque sin precedentes en la región
El hecho había tenido lugar la noche del 7 de julio del 2017 cuando Ariel Báez se metió a la fuerza a la vivienda de 126 entre 5 y 6 donde estaban Emma Córdoba y Ana Laura.
“Entró y empezó a preguntarle a Emma ¿Dónde está Damián?, ¿dónde está tu marido? Ella le dijo que no había venido”, recordó en el juicio la sobreviviente. Detalló que el imputado las obligó a ambas a sacarse la ropa. “Nos hizo ponernos contra la pared, desnudas, mientras mostraba el arma. En un momento, Emma me dijo Somos dos, podemos contra él, y yo le contestaba que no lo intentáramos porque él tenía el arma”.
Agregó que el salvaje “nos obligó a practicarle sexo oral y nos filmaba. Nos obligó a tocarnos entre nosotras. Después nos llevó a la cama, nos violó y nos golpeó con el arma. Nos orinó y nos golpeó con algo más grande. A mí me había atado con cable y a Emma con un cinto, y nos envolvió con una sábana. Nos golpeó con un aerosol y luego ese aerosol lo usó para prender fuego una frazada”.
Aclaró que el criminal utilizó una pala para agredirlas y después se fue, creyéndolas muertas. “Me levanté y vi a Emma inconsciente. Tenía pulso y le pedí que aguantara”, declaró y finalizó diciendo que, momentos después, volvió a revisar a su amiga, pero ya había fallecido. “Vi que estaba la Policía en la puerta y salí gritando Por favor, ayúdenme, nos violó y la mató”, cerró.