Una mujer fue detenida tras un intento de robo en el Tren Sarmiento
Al bajar de la formación, la ladrona fue detenida mientras intentaba salir de la estación.
La Plata vive sin dudas uno de sus peores años históricos en materia de seguridad. Las crecientes marchas y los cambios en la Policía no modificaron la ecuación.
04/09/2021 - 00:00hs
City Bell, Villa Elisa, Los Hornos, Gonnet, La Loma, Romero... Son solo algunos barrios y localidades platenses que a lo largo del año se reunieron en masivas manifestaciones para exigir seguridad, debido al incremento de robos que azota a la región y alcanza números históricos, con proliferación de entraderas y asaltos de todo tipo que se llevaron puesto prácticamente a toda la cúpula policial de la ciudad.
Para graficar lo catastrófico y crítico del asunto, bien vale una estadística, tan fría como real: casi la mitad de los crímenes que se cometieron en lo que va del año fueron en ocasión de robo. Nueve de los 21 asesinatos registrados desde el 1° de enero hasta la fecha (con seguridad la cifra es más elevada, pero esta es la difundida por los voceros policiales y judiciales de manera oficial) fueron en el marco de diversos ilícitos. De esas nueve personas muertas, seis fueron inocentes mientras que los restantes fueron ladrones abatidos.
Solo a modo de comparación, y en donde queda expuesta la cabal crisis que pone en el ojo de la tormenta a la Policía de La Plata, durante 2020 se produjeron 66 homicidios en la región comprendida por nuestra ciudad, Berisso y Ensenada, pero tan solo 17 se registraron en el marco de asaltos, lo que equivale al 25,7%. Hoy, los números son bien distintos: el 42.8%.
Más y más casos
Cronológicamente, el primer caso que generó una profunda conmoción en la sociedad local fue el de Jorge González (37), a quien ultimaron de un tiro en el pecho a fines de enero en 152 y 50, del barrio de San Carlos, todo por un celular. Un amigo que estaba con él, de 25 años, resultó baleado en una mano. Días después del hecho se logró la captura de un sospechoso.
A Eduardo Chantada (45) lo mató el proyectil que entró en su cabeza, mientras disfrutaba la tarde del domingo con un amigo en una quinta de 409 y 28 de Villa Elisa. Los dos motochorros que lo atacaron en medio de una entradera, materializada el 7 de febrero, fueron detenidos y tienen actualmente prisión preventiva. El hombre era abogado y militaba para La Cámpora, y si bien vivía en Capital Federal, había ido a pasar el día al domicilio de un amigo.
En tanto, un remisero que entró con fines delictivos al inmueble de sus clientes, mientras estos estaban visitando a su hijo preso en un penal, se topó con otra de las hijas y la desfiguró a golpes. Sucedió el 10 de abril en una finca de 75 entre 21 y 22. Ayelén Arredondo, estudiante de 23 años, perdió la vida en el acto.
El 18 del mismo mes la víctima fatal fue Graciela Lasca (73), quien fue sorprendida en su joyería de 62 entre 14 y 15 por un hampón. Este la maniató a una silla de manos y pies, y se apoderó del dinero de la caja. Huyó con otros elementos de valor y la damnificada, mientras pedía auxilio, cayó al piso y sufrió un ACV que no resistió. El sospechoso fue aprehendido.
Hernán Encina (47) fue baleado en su domicilio de 25 entre 88 y 89 durante una entradera en su domicilio, el 22 de abril. Tras agonizar, pereció en el policlínico San Martín. Por el suceso, hay dos detenidos.
Con un hacha y una mancuerna
El 6 de junio dos cacos, mayores de edad, entraron a una casa de Etcheverry y redujeron a una mujer y su hijo. Entonces llegó el dueño de la propiedad, descubrió el ilícito y se defendió. Liberó al hijo y entre los dos masacraron a machetazos y mancuernazos a los intrusos.
El 22 de ese mes el ultimado fue otro malviviente, este un adolescente de 15 años, que tomó a dos niños de rehén para ganar el interior de una finca de 49 entre 27 y 28 de La Loma. El amigo del dueño, que estaba de visita, sacó un arma de su propiedad y lo mató.
Por último, a Mariano Boschi lo asesinaron malhechores todavía prófugos el 12 de agosto en San Carlos, cuando el hombre de 43 años arribó a su hogar en una camioneta y se resistió a que los delincuentes ingresaran con él ya que adentro estaba su familia.