Un delincuente ingresó al local ubicado
en frente de la Estación de Trenes y le apuntó en la cara a la víctima, mientras su cómplice
lo esperaba afuera.
El empleado de un kiosco ubicado justo en frente a la estación de trenes fue víctima de un violento robo, luego de que un delincuente ingresara al local y lo apuntara con un enorme pistolón para amenazarlo. Mientras se desarrollaba el atraco, su cómplice lo esperaba afuera a bordo de una motocicleta en la que ambos se dieron a la fuga segundos después.
El dramático episodio tuvo lugar durante la noche en un negocio que está en la esquina de las avenidas 1 y 44 y si bien ocurrió la semana pasada, trascendió en las últimas horas al conocerse las imágenes de las cámaras de seguridad. En la grabación se observa al cajero sentado, y luego se lo ve sorprendido por uno de los malvivientes, que estaba armado.
Los hampones se desplazaban en un ciclomotor, se subieron a la vereda y enseguida uno de ellos descendió del rodado para cometer el ilícito. Apenas ingresó extrajo un gran pistolón que tenía oculto dentro de su campera y encañonó directamente al damnificado, sin darle tiempo a nada. En ningún momento el joven se resistió. Por el contrario, intentó ponerse a resguardo ante las amenazas del maleante.
Tras intimidarlo con el arma, el delincuente le exigió que le entregara su teléfono celular y un reloj que tenía puesto. Al mismo tiempo, comenzó a tomar parte de la mercadería que estaba allí, mientras su socio estaba en la puerta esperándolo para escapar y haciendo las veces de campana. Pero, a pesar de ello, el motochorro no estaba dispuesto a irse con un botín escaso.
Huyeron con dinero
Mientras la víctima intentaba esconderse detrás de una puerta ante el temor de que le dispararan, el malviviente continuaba apuntándole. Acto seguido y no contento con lo que ya había sustraído, dio vuelta el mostrador y arrancó la caja registradora, que su interior tenía dinero en efectivo, cuya suma total no fue estimada, pero que pertenecía a parte de la recaudación del día.
Desde el momento en el que el sujeto ingresó hasta que se dio a la fuga junto a su compañero duró tan solo 30 segundos. Una vez que logró su cometido, ambos se subieron a la misma motocicleta en la que había arribaron y huyeron con rumbo desconocido, perdiéndose entre las calles del barrio.
Toda la secuencia quedó grabada por una de las cámaras de seguridad del kiosco, en la que se puede observar a los sujetos llegando y escapando. Sin embargo, el maleante que ingresó tenía puesto el casco, por lo que por el momento no hay demasiados datos certeros sobre su paradero y se trabaja para identificar a los dos sospechosos.