Uno de los deportistas de La Plata Rugby Club acusados de atacar de manera brutal a un joven de 21 años tras una fiesta clandestina aceptó declarar ante la fiscal y desligó a su hermano.
Felipe Di Francesco (21) terminó con el tabique fracturado, el rostro destrozado y problemas de visión, heridas por las cuales deberá ser sometido a intervenciones quirúrgicas tras haber sido atacado de manera brutal en Claromecó, luego de una fiesta clandestina, por dos deportistas de La Plata Rugby Club, mellizos entre sí y ambos detenidos por el delito de “lesiones graves”. Sin embargo, uno de los implicados desligó a su hermano de la golpiza y minimizó la misma, diciendo que todo “duró dos segundos” y que solo “le pegó dos trompadas en la cara” a la víctima.
Ignacio Cozzi aceptó declarar ante la fiscal de la causa luego de haberse entregado en Tres Arroyos, ya que había un pedido de captura en su contra. Relató que todo se inició a las 6 de la mañana del 27 de diciembre en una playa de la localidad balnearia por la recolección de residuos tras el evento social, que no estaba permitido.
Comenzó una pelea que se extendió hasta la salida del balneario donde, según el rugbier, Di Francesco lo empujó. “Ahí reacciono, le doy dos golpes de puño en la cara y terminó la pelea, duró dos segundos”, admitió, quitándole importancia al asunto pese a las lesiones de gravedad del damnificado. Tras ello, aseveró que se subió a su camioneta y se fue, a la vez que aseguró que su hermano Lucio “no tuvo nada que ver”.
El hombre dijo que está “totalmente arrepentido” y que lo sucedido le “generó angustia y malestar”, ya que “no soy una persona agresiva o que salga a pelear o pegarle a alguien. Tengo una vida formada que con esto me la estoy arruinando, tengo una profesión”.
Otra visión
Guillermo, el padre de la víctima, tuvo otra visión de los hechos y comparó el incidente con el crimen de Fernando Báez Sosa, a quien mataron al menos ocho rugbiers en enero del año pasado en Villa Gesell: “A mi hijo le pegaron hasta dejarlo en el piso inconsciente. Eso es de asesino, lo que hicieron fue una barbaridad”, dijo.
Contó que Felipe ya está en su casa pero “duerme prácticamente sentado porque tiene todos los huesos de la nariz rotos”, y que debido a eso tendrá que someterse a diversos estudios y luego ser operado en Capital Federal la próxima semana.
En tanto, trajo cierta tranquilidad al aclarar que si bien uno de los ojos del damnificado quedó muy afectado por los golpes, los médicos dijeron que es posible que “una vez que se desinflame empiece a ver”.