Mangeri no habló de las pruebas, pero denunció que lo “hostigaron” para que se autoincriminara
Lo hizo al ser indagado por el juez Javier Ríos. Se lo vio más delgado y rapado. Horas después, el magistrado inspeccionó el edificio de Ravignani 2360. Entre hoy y mañana dictaría la preventiva
Vestido con un pantalón azul, un buzo y zapatillas blancas, Jorge Mangeri llegó a los tribunales porteños a las 7.30 de la mañana de ayer en una camioneta del Servicio Penitenciario Federal que lo trasladó desde el Penal de Ezeiza. Más flaco y rapado, esperó en la alcaidía del Palacio hasta después de las 11.30, cuando por fin fue llevado ante el juez Javier Ríos para ser indagado por el crimen que, a 20 días de ocurrido, mantiene intrigados a los argentinos: el de Angeles Rawson, la chica de 16 años que vivía en el mismo edificio en el que él trabajaba como portero.
En el despacho estaban también la fiscal Paula Asaro y los abogados que lo defienden, Miguel Angel Pierri y Marcelo Biondi. Pablo Lanusse, el letrado que representa al padre de la víctima, Franklin Rawson, esperó a que terminara la indagatoria en uno de los pasillos del quinto piso de tribunales. La audiencia duró 45 minutos, en los que Mangeri escuchó los nuevos indicios que lo complican: su ADN hallado bajo tres uñas de la mano derecha de Angeles; los testimonios de vecinos que dicen que el portero les pidió que ese lunes sacaran la basura antes de tiempo y el relato de una mujer que lo vio en la terraza nervioso y en manga corta pese al frío, entre otros.
Mangeri no quiso declarar ni responder sobre nada de esto, pero, aconsejado por Pierri, decidió realizar algunas aclaraciones respecto de las horas que pasó dentro de la fiscalía de Asaro la madrugada del 15 de junio, cuando fue detenido.
Le contó al juez que esa madrugada fue “hostigado” y “apretado” por personal policial para “hacerse cargo” del hecho, y aclaró que el jueves de esa misma semana había sido amenazado por varios hombres que se movilizaban en un auto Polo.
A las 13.15, Mangeri fue retirado como había llegado: esposado.
Son horas cruciales para la causa por el crimen de Rawson, desaparecida el lunes 10 de junio cuando volvía de su clase de gimnasia, y encontrada muerta al día siguiente en el predio de la CEAMSE de José León Suárez. Hoy vence el plazo (prorrogable) para resolver la situación procesal de Mangeri. Se estima que se le dictará el procesamiento por homicidio simple y seguirá preso mientras dura la investigación.
Pero la indagatoria, que no tuvo demasiadas sorpresas ya que los defensores habían anticipado que su cliente guardaría silencio, no fue la única novedad de este lunes. Es que el ayer a la tarde, cuando el sol ya se había escondido, el juez Ríos fue al edificio de Ravignani 2360 para inspeccionarlo, ya que ahí vivía la víctima con su familia, el acusado con su esposa y los pesquisas están seguros de que es el escenario del homicidio. Además, ayer declaró una testigo que dice haber escuchado una discusión familiar en esa misma torre.
Una nueva inspección en el edificio: los lugares comunes y un departamento vacío
El juez Javier Ríos llegó al edificio de Ravignani 2360, en Palermo, pasadas las 18.30. Lo acompañaban la fiscal María Paula Asaro, el abogado querellante Pablo Lanusse y un grupo de policías, en medio de una importante expectativa periodística que, tras la indagatoria frustrada de Mangeri, se habían enterado de la inspección ocular.
La intención del magistrado fue recorrer, primero, la cuadra del edificio: caminó sobre Ravignani hacia Santa Fe y hacia Córdoba, intentando saber por dónde habría sido retirada la bolsa con el cadáver sin que las cámaras de edificios vecinos registraran este llamativo movimiento.
Luego, el juez encabezó la inspección dentro del edificio: miró en detalle el área del hall en la planta baja, el sótano, la terraza y un departamento del segundo piso (el "A") que estaba desocupado y fue mencionado en el expediente, para tener una clara impresión de las secuencias relatadas por los protagonistas del caso y los testigos.
En el octavo piso, donde funciona la portería, en tanto, se refugió la esposa de Mangeri, Diana, quien había salido a hacerse un chequeo médico y, al regresar pasadas las 17, evitó el contacto con los periodistas.
Más temprano, Miguel Angel Pierri, había adelantado que "el doctor Ríos en persona va a ir con su equipo al edificio a recorrer y a hacer un relevamiento inclusive de aquellos departamentos que están desocupados. Evidentemente él quiere conocer el edificio".
La defensa quiere pedir el ADN de los allegados a “Mumi”
Por estas horas, y más allá de las dudas, la suerte de Jorge Mangeri parece estar echada. La defensa encabezada por Miguel Angel Pierri es consciente de eso, y juega sus cartas en el terreno que más complica a su cliente: el de las evidencias científicas. En primer lugar, ayer anticipó que analiza la posibilidad de pedirle al juez Javier Ríos que le tome muestras de ADN a todo el “círculo primario y secundario” de la víctima.
“Me parece importante, a esta altura del proceso y viendo tantas pistas, tantas versiones, tantas personas injustamente sospechadas, convencer a su señoría de pedir muestras de ADN de
todas las personas del círculo primario y secundario de Angeles”, dijo. Consideró que “es conveniente que el juez tome muestras de todas las personas que en las últimas veinticuatro horas estuvieron con Angeles”.
Al mismo tiempo, la estrategia apunta a cuestionar las formalidades en la "cadena de custodia" de las muestras de ADN: si esa prueba fuera declarada inválida, el cuadro probatorio contra el portero se vería sensiblemente disminuido, admitieron las fuentes consultadas.
No obstante, la expectativa está puesta en lo que suceda en la Cámara del Crimen porque dan por certero un procesamiento en las próximas horas por parte del juez Ríos.
El portero está detenido desde la madrugada del 15 de junio, cuando fue a declarar y, en medio de contradicciones, terminó diciendo: "Soy el responsable de lo de Ravignani 2360. Fui yo".
Y lo que hasta ahora nadie pudo explicar es por qué pudo asesinar a la adolescente; dónde lo hizo; cómo sacó el cuerpo; y por qué, si estuvo tantas horas con una bolsa en la cabeza y dentro de otra, la chica murió por aplastamiento dentro de un camión compactador de basura.