Aberrante: violó a sus dos sobrinos, uno de los cuales terminó internado
El malviviente, de 21 años, fue apresado en su casa de Lisandro Olmos. Las víctimas son menores de edad, y una se encuentra en el Hospital de Niños.
Los estudios realizados sobre los calzados de los detenidos determinaron que fue él quien le pegó la patada en la cara a Fernando Báez Sosa el 18 de enero en Villa Gesell
18/07/2020 - 00:00hs
Máximo Thomsen, uno de los ocho detenidos por el crimen de Fernando Báez Sosa (18) cometido el 18 de enero frente al boliche Le Brique de Villa Gesell, vio todavía más comprometida su situación procesal, ya que ayer se confirmó que una de las huellas que tenía en el rostro la víctima corresponde a su zapatilla, informaron fuentes judiciales.
De acuerdo al resultado de las pericias escopométricas realizadas en el laboratorio de la Policía Federal Argentina (PFA) de Mar del Plata, una de las dos improntas detectadas en la cara del joven asesinado corresponde a una zapatilla Cyclone, que a su vez coincide con las huellas de pie tomadas al citado rugbier.
“Había dos improntas en el rostro de la víctima: una no se pudo establecer porque era muy chiquita, y la otra se estableció que concuerda con unas zapatillas Cyclone secuestradas y que coinciden con el pie de Thomsen”, según una de las fuentes.
Los voceros explicaron que, si bien este dato surgido de los estudios periciales es de suma relevancia en la causa, aclararon que eso no significa que esa haya sido la “patada mortal”.
“La Justicia siempre sostuvo que se trató de una coautoría funcional, lo que significa que todos los acusados hicieron un aporte indispensable y que cada uno de esos aportes llevó al homicidio. No hubo una sola patada mortal, sino que todos los golpes fueron mortales”, expresó otro portavoz, refiriéndose a la responsabilidad de todos los implicados.
La palabra de Burlando
Las pericias escopométricas sobre los calzados de los deportistas habían comenzado el 29 de mayo en el laboratorio de PFA de Mar del Plata y se conocieron a horas de que se cumplieran seis meses del crimen.
El objetivo inicial de ese estudio era cotejar las huellas de las zapatillas secuestradas en la vivienda que los acusados alquilaban en Gesell con una impronta hallada en la cara de Báez Sosa.
Para poder completar el peritaje, la fiscal de la causa ordenó la toma de nuevas huellas plantares de los ocho rugbiers alojados en la alcaidía de Melchor Romero, para determinar el tipo de pisada y precisar cuál de ellos es el dueño del calzado que impactó en la cara del damnificado.
Por el crimen se encuentran detenidos y ya procesados Thomsen (20), Ciro Pertossi (20), Luciano Pertossi (18), Lucas Pertossi (21), Enzo Comelli (20), Matías Benicelli (20), Blas Cinalli (19) y Ayrton Viollaz (21), considerados coautores del delito de “homicidio agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas”.
Además, están acusados como “partícipes necesarios” Juan Pedro Guarino (19) y Alejo Milanesi (19), quienes fueron excarcelados.
Por su parte, el abogado Fernando Burlando, quien representa a los padres de Báez Sosa, opinó que la patada en el rostro no implica la autoría de una sola persona, sino que se trató de un “ataque en manada” en el que “son responsables todos”.