El capricho de Cristina: no le soltará la mano a Boudou

El gobierno de Cristina Kirchner no le soltará la mano al vicepresidente de la Nación, Amado Boudou, luego de que el fiscal Jorge Di Lello pidió ayer la declaración indagatoria del ex ministro de Economía por el caso Ciccone. En la Casa Rosada temen que una posible renuncia de Boudou agigante los fantasmas de un retiro anticipado del poder que el propio Gobierno instaló esta semana con sus denuncias de conspiraciones.

Además, dentro del oficialismo aseguran que Boudou, en caso de quedarse solo, podría declarar en la causa algunas cosas que complicarían a personas muy encumbradas del gobierno nacional e, incluso, echarían sombras sobre la figura del fallecido ex presidente Néstor Kirchner.

De todos modos, en el kirchnerismo también hay algunos funcionarios que aseguran que la Presidenta y los más altos ministros de su gabinete ya no incluyen al vicepresidente en sus proyectos políticos ni en las decisiones de la administración.

"Hace tiempo que está soltado del Gobierno. Ningún juicio avanzó tan rápido y la decisión que hay es de no mostrarlo más. Boudou no va a los actos, no habla ni dice discursos ni hace declaraciones públicas. Está en su despacho del Senado y de vez en cuando viene a ver a alguien, pero con muy bajo perfil", dejaron trascender fuentes oficiales del Gobierno.