El juego se incrementó un 3000 % en la era K



Está demostrado que en épocas de crisis económica, como la que se está registrando en la Argentina, el negocio del juego crece de forma exponencial ya que aumenta el número de personas que, en su desesperación por salvarse económicamente, apuestan a todo o nada.

En los últimos años, los bingos de la provincia de Buenos Aires recibieron de la política todas las herramientas necesarias para expandirse. Así, sobre la base de permisos y exenciones provinciales y con el cobijo de algunos jefes comunales, lograron multiplicar su recaudación, que con el kirchnerismo en el poder creció cerca del 3.000%.

En la Provincia hay 46 salas de bingos distribuidas en 32 distritos. Los ingresos de los juegos de azar representan el 4% del PBI provincial. Más allá de la inflación, la facturación anual en bingos bonaerenses creció exponencialmente y de manera sostenida. Según un informe de Orlando Ferreres y Asociados, ese monto trepó de casi $ 500 millones en 2003 hasta $ 6.736 millones en 2011. Y para 2015, en el sector mantienen previsiones de que los ingresos llegarán a unos $ 14 mil millones.

En la mayoría de las salas bonaerenses se amplió el número de máquinas y también su superficie. Los ejemplos sobran. Bingos que estaban en pequeños pueblos hoy son monstruos en distritos más poblados, y salas de modestas dimensiones se han expandido hacia los terrenos vecinos, multiplicando la capacidad de las máquinas tragamonedas e incorporando enormes salones para eventos.

Las salas de La Plata, Lanús, San Martín (de Codere) y Avellaneda (AGG-Gustavo Di Maggio) son las que más ayudaron a engrosar los ingresos de la actividad, según indican fuentes del sector. Pero también otras en los últimos tiempos han mostrado prosperidad. El bingo de Lomas del Mirador, por ejemplo, tenía 50 empleados y ahora 300; el de Adrogué (propiedad de Eugenio Sangregorio) era una sala que ocupaba una pequeña esquina, y se amplió en altura y capacidad. Similar crecimiento mostraron los de Avellaneda y Moreno (este último, de Nazareno Lacquanitti, que controla cuatro de los cinco bingos porteños).

Polémica privatización

Según el último balance de Codere, cada máquina tragamoneda tiene una recaudación media diaria de 246,8 euros. Como las salas de juego están abiertas los 365 días del año, y teniendo en cuenta que en toda la Provincia hay más de 21 mil tragamonedas en los bingos, el conjunto de las maquinitas bonaerenses generan ingresos por más de 1.885 millones de euros, que al tipo de cambio actual (oficial) representa más de 21 mil millones de pesos. Es decir, solo con esos recursos, si la Provincia tomara el control de los bingos que existen en la Provincia, y eliminara a los intermediarios, alcanzaría para pagar un 26 por ciento de aumento salarial a todos los docentes y empleados públicos.