Ruido de Carnaval: caen los índices económicos
Durante el fin de semana largo, el país se abocó a los festejos, pero nada puede ocultar la crisis. Viajaron menos argentinos que en 2013 y cayeron las ventas minorístas un 3,6%. Baile, risas y recesión
Música, baile, alegría y crisis. Los carnavales 2014, si bien fueron un alivio durante el fin de semana largo para miles de argentinos, no pudieron escapar a la recesión que se vive en el país. Según la Cámara de la Mediana Empresa (Came), el movimiento turístico descendió respecto del año pasado, como así también las ventas minoristas en los principales centros de esparcimiento. Sólo subieron los gastos por persona, consecuencia lógica de la inflación, y los costos en la organización de los eventos carnavaleros de Gualeguaychú y Corrientes.
El relevamiento realizado por la entidad en 40 ciudades del país señaló que “las ventas minoristas ligadas al turismo, medidas en cantidades, tuvieron una caída de 3,6% frente a lo que sucedió durante los carnavales 2013”, situación que “no sorprende”, agregó el informe, dado las expectativas actuales del ciclo pos devaluación, escalada inflacionaria mediante y recesión en ciernes. En este sentido, el estudio agregó que “con una estadía media de 3,5 días, el gasto promedio diario se ubicó en $360 por turista. Si bien el gasto individual se incrementó frente al del año pasado, dicha suba se explica por el incremento de los precios”.
En un juego comparativo con lo que sucedió un año antes, la Came recordó que “el Ministerio de Turismo había informado que en 2013 viajaron más de dos millones de turistas con pernocte” (2.046.000), mientras que “este año llegaron a casi 1,6 millones” (1.548.000). Es decir, un 25 por ciento menos de viajeros se animaron a surfear la crisis para encontrar un poco de sol, música y descanso.
Por otra parte, si se realiza una especie de ranking de los destinos preferidos, estos fueron la Costa Atlántica, las Cataratas, Salta, Córdoba y los carnavales de Entre Ríos y Corrientes. En ese marco debe resaltarse, pues, que “el 94,6 por ciento de los turistas que salieron de viaje este fin de semana largo eligió destinos locales”. Pero tal cifra no es el reflejo de una patriada propia del período previo al mundial de fútbol. No, en realidad, la caída de los viajes al exterior, principalmente a Brasil, un polo de atracción por estas fechas con sus luminosas y lujuriosas carrosas carnavaleras, se debe a otro fenómeno: la caída de las ventas de pasajes (ver aparte) a destinos internacionales, debido a la crisis del dólar, la devaluación y las medidas restrictivas aplicadas por la AFIP.
El relevamiento resulta preocupante pues las economías regionales están agotadas, con la producción en caída y sin alicientes para la inversión. En este contexto, el turismo suele ser un escape para llenar de aire (y de dinero) la actividad comercial del interior del país. Por esa razón se comenzó a promover los feriados puente: desestimar días de producción para promover el consumo. Hoy, ni uno ni otro son motores de la economía argentina. Y el Carnaval, además de risa y alegría, nos aportó datos para seguir pensando nuestra dificil coyuntura nacional.
Inflación: cifras y rebusques del consumidor argentino
Tal como el trueque hizo furor en la crisis del 2001, el mercado informal ha proliferado en nuestor país durante los últimos años debido al ahogo impositivo del gobierno a los comerciantes. En este contexto, la Cámara Argentina de Comercio (CAC), informó que la venta ilegal en la Ciudad de Buenos Aires aumentó el 5,8 por ciento respecto de febrero delaño pasado. La estadística se asocia al aumento del índice de desconfianza del consumidor, que ha cambiado su actitud al comprar en medio de la escalada inflacionaria y ha comenzado a acudir al mercado ilegal. El argentino, así, ya no busca calidad, sino precio, ante la pérdida de poder adquisitivo del salario. Hasta en estos pequeños detalles se notan los efectos de la devaluación y la inflación.
Agentes de viajes, en problemas
Como tantos otros sectores de la economía, el turismo se va viendo afectado de forma cada vez más rápida por la recesión, y son las agencias de viajes, junto con los propios viajeros argentinos, los que más sufren la situación. Según un reciente informe, la devaluación impactó fuerte en la demanda de pasajes de avión y hoteles en el exterior, los llamados paquetes “all inclusive”, que prometen estadías y transporte. El efecto fue una paralización virtual del mercado, más aún en las últimas semanas, con el verano ya como un recuerdo lejano.
Por esta razón, los agentes de turismo intentan a toda costa retener un porcentaje de sus ventas, incluso yendo a contramano de la tendencia general y ofreciendo financiación en cuotas o promociones con jugosos descuentos. Desde la agencia Turismo Pecom, por ejemplo, señalaron que si bien ellos no financian, “el mayorista es el que busca sumar viajeros y desde que se devaluó el peso, bajan tarifas porque tienen lugares vacíos que necesitan completar”.
Si bien el pago en cuotas es uno de los últimos recursos de los comerciantes del sector, las altas tasas de interés y una inflación de más del 34% anual hace dudar a los agentes de viaje sobre la continuidad de los pagos en plazos que no todos pueden ofrecer.