YPF: nuevas llamaradas atemorizaron a los vecinos

El pánico tiene quien lo alimente. Ayer por la mañana vecinos del barrio El Dique volvieron a denunciar intensas llamaradas y nubes de humo provenientes de la refinería YPF. Otra vez, la actividad desmedida de la petrolera puso en vilo a los habitantes de la zona que ya no saben qué hacer para detener la contaminación y las situaciones de riesgo.

Diario Hoy viene realizando un seguimiento a las problemáticas que presenta la empresa. A fines de julio existieron dos situaciones de emergencia en la petroquímica: un escape de gas que dejó a dieciocho operarios afectados y, días después, numerosas explosiones y enormes llamaradas producto de la puesta en marcha de una de las plantas de cracking que tuvieron en vilo a la población. A esto se le suman muchas denuncias realizadas por entidades especializadas que destacaron la proliferación de graves patologías respiratorias entre los vecinos de la zona.

Los problemas que se presentan en el polo petroquímico llevan años esperando respuestas. El cuadro de situación muestra improvisación y carencia de políticas preventivas para evitar el potencial peligro que YPF representa en la población.

La tragedia de 2013

La explosión sucedida en la refinería el 2 de abril, además de dejar 14 personas heridas, estuvo muy cerca de convertirse en una catástrofe mayor en caso de haberse extendido a otras zonas de la refinería.

 Cabe recordar que para contener las llamas se requirió que trabajaran durante horas casi todas las dotaciones de bomberos de La Plata, Berisso y Ensenada, lo que implicó dejar librada a su suerte a muchas familias que estaban con el agua al cuello.

En ese sentido, se sospecha que desde YPF se habrían visto obligados a cerrar las compuertas del canal que pasa por el interior de la destilería para evitar que el nivel del agua siga subiendo. Ese canal también pasa por el centro de la ciudad de La Plata donde se constataron muestras muy claras de contaminación con hidrocarburos.

El Fiscal de Delitos Complejos, Jorge Paolini, quien decidió firmar el certificado de defunción de la investigación sobre esa causa con el insólito argumento que la empresa, al momento del siniestro, era privada y no pública. Admitió que la explosión en YPF “tuvo su génesis en las extraordinarias precipitaciones ocurridas en abril de 2013. Ello provocó la saturación de todos los sistemas de recolección de desagües pluviales y la dispersión del material inflamable a través del agua”.  El fiscal además reconoció que “dicho material tomó contacto con los hornos del sector Coque A (que pese a que por entonces ya habían sido detenidos, mantenían una elevada temperatura) y generó el incendio”.