El Pincha no le pudo sacar ventaja a la Academia.
Por Daniel “El Profe” Córdoba
Sábado de fútbol por la noche en Uno. Como siempre, el estadio a tope. Vino Racing y es un duelo con mucha historia. Para recordar, en el año 1968, en cancha de River, se jugó un partido definitorio entre ambos contrincantes. Una chilena genial de un crack como Juan Ramón Verón le dio el pase a Estudiantes a su primera final de la Copa Libertadores. Estuve ahí, me llevó mi abuelo, de ahí a hoy pasó de todo y más. Descensos, campeonatos, jugadores, dirigentes y muchas más cosas para los de Avellaneda y los platenses.
Racing vestido de Racing, y el León lució su camiseta alternativa gris. Sin pena ni gloria se fue el primer tiempo, aunque al inicio dominó el equipo de Domínguez y contragolpeó la visita. Luego, el trámite se emparejó y los de Gago empezaron a manejar mejor el balón. Y hubo un denominador común en los 47 minutos que se jugaron y es que ninguno tuvo llegadas profundas. La Academia se paró con un 4-2-3-1 y el Pincha con un 3-5-1-1 que, si bien amagaron a herir las potencias rivales, no lograron mucho más que eso.
Segundo time y recordemos que los de blanco y celeste no tienen, ni en la cancha ni en el banco de suplentes, a los cuatro jugadores que habitualmente ofician de delanteros. Viendo el juego, creo que lo que más le cabía era empatar a ambos conjuntos, porque no vi ni intensidad ni vorágine ni nervio ni nada. Juego y desequilibrio ofensivo, mucho menos. Demasiado tranquilo el trámite en 1 y 57, casi que diría abúlico.
La visita vino con muchos jóvenes sin experiencia y Estudiantes presentó titulares. Que los primeros se queden con el empate vaya y pase, pero lo del local no es tan perdonable. Hace rato ya que no gana de local, ojalá que por su gente, en la Copa Sudamericana encuentre el ritmo y la ambición que parece haber perdido hace varias fechas.