El final del otoño lo encontró con las “defensas” bajas...

Como dice el viejo refrán, “martes 13, no te cases ni te embarques” en la lucha por el campeonato. Así lo sintió Estudiantes, que dejó un invicto de más de 16 partidos en Santa Fe, justo en el momento en el que el equipo más necesitaba ganar para no perderle pisada a River.

Producto de una desatención en la marca en un tiro libre directo al área, el equipo recibió un poco de su propia medicina y perdió con un gol de pelota parada de Garces.

De esta menara, en la misma fecha en la que San Lorenzo había dejado puntos en el camino al empatar contra Central Córdoba, el Pincha de Domínguez dio un peligroso paso atrás justo en el momento que más necesitaba pisar el acelerador.

Otra vez la estrategia de un equipo de Gorosito fue demasiado para un Estudiantes que solo pudo marcar diferencia con la movilidad de Rollheiser y algunas subidas de Godoy.

Sosa decepcionó una vez más y Boselli dejó escapar las pocas chances que tuvo debajo del arco. Carrillo no fue solución cuando entró y el equipo mostró el mismo libreto que venía teniendo en otros partidos, pero esta vez no pudo anotar.

Lejos de especular, los dos equipos salieron a la cancha con la intención de ganar el partido. En los primeros minutos se repartieron el protagonismo, pero ante las insinuaciones de Colón, Estudiantes contestó con un mejor criterio para manejar la pelota. Así fue como llegó una asistencia, casi de carambola para Sosa, que de espaldas al arco, pero dentro del área, llegó a definir forzado y la pelota se fue arriba del travesaño.

Colón contestó aprovechando un mal despeje de la defensa del Pincha, que encontró a Wanchope Ábila asistiendo a Pierotti, quien casi solo contra Andújar también definió por arriba, pero más cerca del arco de Estudiantes.

El Sabalero siguió complicando a las espaldas de Benedetti con Santiago Pierotti, pero con el correr de los minutos el Pincha empezó a inclinar la cancha a su favor.

Con Sosa desaparecido, pero con Rollheiser retrocediendo algunos metros para iniciar las jugadas, el equipo encontró sociedades entre Zuqui, el Corcho Rodríguez y el delantero “Ben 10”. Así fue que llegó una clara combinación que terminó en una subida de Leonardo Godoy, quien entró con la pelota dominada al área cuando se habían jugado 25 minutos y definió a las manos del arquero.

El partido era de ida y vuelta, pero el Pincha resultaba más intenso y definido en lograr su objetivo de ganar el encuentro.

Garcés, después de un tiro libre recto al área, aprovechó la falta de atención de Lollo para seguir la marca y definió a menos de un metro del arco con mucha facilidad: la pelota salió como un misil de la cabeza del jugador y se metió en el ángulo dejando sin reacción al veterano Mariano Andújar.

El Pincha mostró actitud para revertir el resultado. Buscó el empate por derecha y por izquierda y apostó siempre a las subidas de Leonardo Godoy. Sin embargo, Gorosito tenía muy bien estudiado a los “estudiantes” de Domínguez y controló marcando en zona y sin perder el orden.

En la parte final el equipo sintió el desgaste, pero Eduardo Domínguez apenas decidió hacer dos cambios, dejando a Mateo Pellegrino en el banco.

Ni Carrillo ni Matías Godoy le aportaron la solución que el Pincha estaba buscando para alcanzar el empate. Los cambios aportaron más dudas que certezas: pasó a marcar con línea de cuatro cuando entró el menos conocido de los Godoy y después perdió equilibrio en la mitad de la cancha cuando lo sacó a Zuqui para incluirlo a Carrillo dejando a Sosa en el campo.

De esta manera, Colón no dejó escapar el regalo que le hizo el León y estuvo muy cerca de ampliar la ­diferencia. De hecho, de no ser por el VAR, el partido podría haber terminado 3 a 0, porque le anularon hasta un penal que el árbitro había cobrado.

De esta manera, se terminó el invicto para un equipo que no perdía desde el clásico contra Gimnasia y en el final del otoño la chance de pelear el campeonato se enfría como la temperatura ante la inminente llegada del invierno.