El último almuerzo en familia de los Rojo antes de la Copa Mundial de Marquitos
04/07/2014 - 06:01hs
A los 7 años vino a la redacción cuando era un “cebollita”, y con mayoría de edad recién cumplida llegó para palpitar un clásico juvenil contra el Lobo
El destino de los seres humanos. El cosechar y sembrar, del que hablan todos los creyentes. Hola, Marcos. Quizás no esté tan bien escribirte en el logro, aunque dirán ustedes puertas adentro que no ganamos nada. Querido “negrito” Rojo, quizás estés viendo la nota por internet, en Brasil, descansando un poco de ese extenuante suplementario contra los suizos. Acá, los pibitos de tu país te imitan en el colegio, jugando con la media enrollada como pelota.
Hoy sos una de las máximas figuras de una Selección Argentina que quiere ponerse la corona de rey. Y esto de rey me lleva a pensar que en tus walkman estarán los rockanroles del pelado Solari, ese que rapta el corazón de tantos pibes de los suburbios como vos. “El que abandona no tiene premio”, te escribiste las canilleras, con los colores albicelestes, de Estudiantes y con el nombre del barrio de cuna: El Triunfo.
Pero te saco de ese rock maravilla para este mundo y te llevo a un cuarteto que pega bien...
“En una villa nació, fue deseo de Dios, crecer y sobrevivir a la humilde expresión / Enfrentar la adversidad, con afán de ganarse a cada paso la vida”.
Nos permitimos tararearla mientras trabajamos esta página. Es un homenaje, en papel de diario, el mismo en el que salió tu primer reportaje. En esta ciudad no somos tantos los que te vimos pasar de chico con el bolso. Sólo te han visto flacucho allá en en Las Quintas ó La Granja, la zona oeste platense, Los Hornos y Tolosa, el barrio donde tu padrino Donato Martínez te dirigió en el San Martín de la liga LISFI.
Incluso acá en el Hoy sentimos un orgullo especial. Con 7 años, en un atardecer de invierno de 1997 (mes de agosto, retiene la memoria de un silencioso pero empalagoso archivo), vos viniste riéndo como un payasito, eras el hijo del Titi, y pateabas la bocha en Las Malvinas, en la categoría ’90, la de Mario Barbarino, ¡qué tipo!
Rescatemos parte de ese artículo de contratapa de El Clasiquito, de tiempos que quedaron tan lejanos... el fútbol infantil era una fiesta familiera, ya no es tan así. Augurábamos: “No planifiquen tanto mi vida, no se desesperen por mis derrotas, y menos aún, no se sientan derrotados, pues el dolor que me produce perder termina cinco segundos después del llanto y ya ni me acuerdo”.
“En un potrero forjó una zurda inmortal, con experiencia sedienta ambición de llegar / de cebollita soñaba jugar un Mundial, y consagrarse en Primera, tal vez jugando pudiera a su familia ayudar...”
Recuerdo a su papi, un “10” de El Cruce, que en realidad jugaba como una cuña lastimando de punta, sereno, generador de lujos, una onda Riquelme. Vos saliste de hacha y tiza. Ese viejo que hoy pisa los 50 pirulos, y que cuando eras un nene hacía changas de churrero, de florista, de pintor, y que nunca dejó de entrenar y de dar el ejemplo como jugador, aunque sea amateur.
Che, Marquitos, ¿te acordás? Mas tarde, en 2008, cuando ya te asentabas en las inferiores de los pincharratas, volviste a pasar por el diario Hoy, acá en la Avenida 32 (a pocas cuadras de donde vive Sabella). Llegaste caminando, solo, con aritos en cada oreja... “Me gusta jugar a la pelota, no soy tan duro”, te descubrías en una nota a pocas horas de llegar a los 18 años, antes de jugarse un clásico de 5ta contra el Lobo.
Qué van a saber los suizos lo que es jugar en LIFIPA, un club donde a veces no había pelota ni pecheras. Y donde el técnico los cargó un día a todos en una camioneta y se los llevó a sus primeras vacaciones, en Punta Piedras.
Por aquellos años, cuando en todos los barrios sonaba el Potro Rodrigo, ni vos ni tus hermanitas Noelia, Micaela, Sol y Carina pensaban que vendría todo esto. Sin duda que todos en casa bailaban esa letra pensando en vos. “Su sueño tenía una estrella, llena de gol y gambetas...” Ta bien, no tanta gambeta, eso es de Lionel, pero sí tanta gamba dura para emocionar
Perdón a quien fuere, pero cambiaremos la letra… A poco que debutó, Marcos Rooo, Marcos Rooo…
Llenó alegría en el pueblo, ¡regó de gloria este suelo!.
En los puntajes, escolta detrás de Messi
Casi todos los medios coinciden en que Rojo es figura mundialista. Y los puntajes de este diario confirman el “termómetro popular”.
En los cuatro cotejos de arranque, hasta ahora Messi sumó 31 puntos (7,75 el promedio), seguido por Rojo con 28 (7 puntos exacto el promedio del único hombre platense en campo); seguido por Romero y Mascherano, ambos con 25; Di María 23, y siguen las firmas.
Los rendimientos fueron así, partido a partido. El lateral zurdo sumó 6 puntos ante Bosnia, 7 ante Irán y Nigeria, y fue figura con un 8 ante Suiza, según la visión de El Clásico.
Messi, en tanto, sumó las siguientes calificaciones: 7-7-9-8.
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