Gimnasia rescató un empate del Viaducto
Con el inicio del encuentro atrasado por un desperfecto eléctrico, Gimnasia y Arsenal tuvieron un tibio empate 0-0, en el que casi no hubo emociones.
gimnasiaBien conducido por el aprendiz Luciano Paredes, impuso condiciones de bandera a bandera en el Premio Coilich (1.500 mts.). Superó por el pescuezo a Bermello, que lo toreó todo el tiro.
03/11/2023 - 00:00hs
Por GALOPÓN
Otra cita hípica pasada por agua en el teatro del turf del barrio Hipódromo con 14 actos en la cartelera. Arrancó la reunión con el Premio Coilich (1.500 mts.), donde en una carrera con diversidad de candidatos, Alberto Rye sorprendió a los más creídos (abonó $13.20) dejando en el camino a Bermello, mientras que tercero arribó Un Buen Faso, completando de esta forma el podio.
Cotejo reservado para todo caballo de 5 años y más edad, ganador de una carrera que contó con 11 participantes y el cierre de las apuestas mostró el claro favoritismo de Dígamelo con un sport de $3.50 sobre la chance de Un Buen Faso ($3.70). Trasladado el pleito a la pista, el pupilo del entrenador Juan Carlos Dalto sorprendió a los más jugados, ya que conducido eficazmente por el jockey aprendiz Luciano Paredes logró su segunda victoria en 17 presentaciones abonando un jugoso sport de $ 13.20 y empleando 1m.33s.35/100 para los 1.500 metros de pista fangosa.
De esta manera, el hijo de Flowing Ry le dio una alegría a sus allegados ya en el ocaso de su campaña.
En el pesaje un Luciano Paredes exultante mostró una bandera que rezaba: “Cuentos No”
Ni bien se abrieron las gateras Alberto Rye salió “como alma que lleva el diablo” desde el vamos picando en punta, primereando a Bermello, a Adorado Point y a Inmate. De tal forma que al plantearse la carrera el puntero tomó decididamente la delantera, pero sin despegarse de Bermello que se le fue al humo con intenciones de hacerle la vida imposible, escalonándose en su persecución Un Buen Faso y Labicum, que corrían en parecida línea, mientras que el resto del pelotón parecía que se “hundía” en el barro.
De esa forma, recorrieron todo el opuesto en un verdadero “toma y daca” entre los dos de adelante, con ninguno de los dos aflojando ni un tranco de pollo, en tanto Un Buen Faso intentaba a dura penas no perder el compás, seguido de Labicum. Así, se zambulleron en el codo de la calle 41, con Alberto Rye que corría como un león manteniendo a raya a Bermello que no aflojaba y Un Buen Faso que se le acercaba, corriendo luego Labicum, Adorado Point y Happy Chuck.
En plena elipse Alberto Rye continuaba manteniendo el control de la situación pero sin despegarse de Bermello, mientras Un Buen Faso esperaba su momento y así pisaron la recta con los dos de adelante en un pie de igualdad, mientras que por entre ambos buscaba colarse Un Buen Faso sumándole emoción a la definición. Así descontaron los metros finales con el puntero manteniendo estoicamente su posición ante un Bermello que no aflojaba, de tal forma que al cruzar el disco hubo un pescuezo de diferencia, en tanto que tercero a dos cuerpos arribaba Un Buen Faso.
Como dato secundario, cabe acotar que el jockey de Bermello (“Edu” Arias) reclamó contra su colega Luciano Paredes, jinete del ganador por supuestas molestias, el cual fue desestimado por el Comisariato luego de analizar el documento fílmico del desarrollo.
El ganador se movió en 24s.30/100 los primeros 400 metros; 47s.85/100 para los 800 metros y 1m.13s.46/100 para los 1.200 metros.
A Qué Día Bueno se le dio justo en una tarde lluviosa
Luego de la victoria de Qué Día Bueno en la quinta inicial de ayer, todo era alegría para el entrenador Mauricio Javier Ortiz y los allegados al stud “El Cuadrero” de Córdoba. El citado ejemplar superó una ausencia que lo tuvo alejado de las pistas por cuatro meses y ayer por fin a los 6 años, ya en el ocaso de su campaña, se le dio la tan ansiada victoria.
Así su cuidador, el nombrado Mauricio Ortiz, expresó: “Tanta demostración de alegría es porque Qué Día Bueno desde que empezó a correr tuvo muchos problemas de salud como cierta fragilidad en los vasos, lo cual le impedía desarrollar sus verdaderas condiciones locomotivas y además es un ejemplar de físico imponente como que pesa alrededor de 540 kilos”. Luego agregó: “Igualmente en cuatro oportunidades arribó segundo y otras tantas veces ocupó el tercer lugar, siempre arrimaba pero no bochaba, igualmente le tenía una fe tremenda, de tal forma que prácticamente le rogué a su propietario (Mariano Grimaldi, sobrino del dueño del Haras Don Florentino”) que no se lo llevara al campo, como era su idea. Pude convencerlo y hoy (por ayer) no me defraudó, a pesar de dar ventaja en la edad, ganó una muy linda carrera, lo cual le permitirá ahora sí correr en ganadores de una carrera entre sus pares de 6 años”.
Como se ve cada caballo tiene su historia y esta es la de Qué Día Bueno, que a la vejez superó sus nanas y les dio una alegría a sus allegados.