El elenco de Domínguez superó con autoridad al Guapo en
Vicente López y se metió entre los cuatro mejores del torneo doméstico. En el primer tiempo fue mejor, y en el segundo lo liquidó.
Por Daniel “Profe” Córdoba
En horas de la tarde noche del sábado y en Vicente López, todo el peso recaía para Estudiantes frente a Barracas Central. Pese a que yo no crea en la suerte, el 1 a 0 llegó de esa manera y en tan solo un minuto los de 1 y 57 se ponían en ventaja. De todos modos, a los 10 minutos de partido comenzaba a nivelarse el juego. Pero lo del Guapo en esta parte realmente fue muy pobre, más que nada en el plano estratégico. En lo individual no demostró demasiado y, como si esto fuera poco, en lo colectivo dio todo tipo de ventajas.
Ya iban 15 minutos y los de La Plata tranquilamente podrían haber ido 3 a 0, aunque, cuando los de Domínguez defendían, el rival podía lastimar. Personalmente, creo que si el elenco albirrojo metía un gol en esta etapa, lo liquidaba. Wanchope se erró un gol, falló en su vocación de delantero y esto podría haber sido el castigo para Estudiantes por no definir. No pudo hacerlo y se iban al entretiempo en ventaja con un buen juego.
Ya en el complemento, el León salió igual de convencido a quedarse con la clasificación que en la primera etapa. Así las cosas, por momentos lo sufrió aunque no demasiado, y el equipo Orfila pudo descontar. Sin embargo, otra vez apareció Carrillo, el goleador de Magdalena, para poner un poco de paños fríos y después, desde el banco de suplentes, nuevamente Joaquín Correa. El cordobés lo liquidó y el Pincha clasificó. Una gran performance de Estudiantes que fue un justo ganador y esperará al rival que saldrá del Superclásico.