Se consagró campeón de la Copa de la Liga inglesa luego de empatar 0 a 0 con el Chelsea y ganarle 11 a 10 en una serie eterna de penales. Es el quinto título del DT alemán en Inglaterra.
Fue un partido emotivo, un verdadero show para los espectadores, aunque un tormento para los hinchas. El Liverpool conquistó ayer su quinto título en la era Klopp, luego de consagrarse campeón de la Copa de la Liga inglesa, tras igualar 0 a 0 y vencer al Chelsea 11 a 10 en la serie de penales.
Por un lado estaban los dirigidos por el alemán Jurgen Klopp, con Mohamed Salah y Sadio Mané como figuras principales en la ofensiva. Enfrente el vigente campeón mundial de clubes, el Chelsea de Tuchel con Lukaku, Kanté y Jorginho como estandartes; era insólito imaginar un 0 a 0, pero así fue y pese al resultado no dejó de ser un partidazo.
El partido fue parejo, pero en los papeles los campeones hicieron mejor las cosas para ganarlos. Hubo 4 goles anulados por el VAR, dos correctos y dos polémicos. El primero lo sufrió Liverpool cuando luego de una gran jugada de pelota parada el camerunés Matip marcó un golazo de cabeza, que parecía darle la gloria a su equipo, pero hubo un supuesto adelantamiento del defensor Virgil van Dijk en el inicio de la jugada.
Minutos después el perjudicado fue Sané, pero en este caso la tecnología falló sin polémicas. Ya en los 30 minutos adicionales sería el Chelsea el damnificado. Romelu Lukaku definía con enganche incluido ante el arquero Kelleher y llevaba al delirio a los vigentes campeones mundiales. Sin embargo, la tecnología constató un leve adelantamiento por sobre el defensor van Dijk y dejaron a Tuchel con el grito atragantado.
Sobre el cierre del segundo tiempo suplementario, el técnico alemán tomó la decisión de hacer ingresar al arquero español Kepa por Mendy para atajar penales, pero la estrategia terminó siendo errática, por no decir catastrófica.
La serie de penales fue casi perfecta, ninguno de los futbolistas presentes erraba, llegó el punto en que los 10 jugadores de campo presentes convirtieron sus goles y mantenían la misma igualdad 10 a 10. Hasta que fue el turno de los arqueros. El joven Kelleher convirtió para el Liverpool y el español Kepa, que no atajó ninguno, envió su disparo a las nubes. El final fue 11 a 10 y Liverpool, campeón.