La Piponeta llegó a su techo y ahora apunta a la Libertadores

La derrota de Gimnasia ayer por la tarde significó un golpe duro, ya que para seguir con chances de campeonar debía sumar la mayor cantidad de puntos posibles y, sumado a la victoria de Boca, quedó a 8 unidades con 9 en juego. De esta manera, el equipo de Néstor Gorosito llegó al máximo pero no le alcanzó para salir campeón, aunque está cerca y con grandes chances de cumplir el objetivo principal cuando comenzó este certamen, que era clasificar a la Copa Libertadores, mientras que ya está clasificado a la Copa Sudamericana.

Con un plantel muy corto, sin incorporaciones, que sufrió bajas durante el mercado de pases como la de Johan Carbonero o lesiones graves como las de Cristian Tarragona, Lautaro Chávez y Matías Miranda, el Lobo peleó hasta el final y ayer volvió a quedar demostrado como en otros partidos que el cansancio hizo estragos en los jugadores. Con mal funcionamiento contra un San Lorenzo que fue con una idea clara de ser un equipo duro, el Tripero no encontró los caminos sumado a que desde lo físico también le costó en los últimos minutos para intentar llevárselo por adelante con su gente.

Ramón Sosa fue de lo más destacado, entre buenas y malas, pero el paraguayo intentaba encarar y hacer algo diferente por la banda al igual que Benjamín Domínguez, hasta que salió reemplazado para que entre Matías Melluso tras la expulsión de Nicolás Colazo. Agustín Cardozo volvió a ser de los ­mejores, siendo el equilibrio ideal entre defensa y ataque, pero después el resto tuvo un rendimiento normal sin sobresaltos en un encuentro chato.

De esta manera, ya con la clasificación a la Sudamericana, el Albiazul ahora recibirá a Argentinos en un partido más que importante para ver si queda a un paso de la clasificación a la Libertadores o si se le complica antes de enfrentar a Boca y Godoy Cruz.