Esta vez fue el experimentado piloto mexicano Checo Pérez, quien reconoció que siempre a los pilotos latinos les “costó” mucho más llegar al máximo nivel que a los europeos.
En la cuenta regresiva al inicio de una nueva temporada de la Fórmula 1, el piloto argentino Franco Colapinto sigue recogiendo elogios de otros colegas que tienen mucha experiencia en la máxima categoría del automovilismo mundial. En este caso fue el mexicano Checo Pérez, quien se puso al frente de la defensa de los pilotos latinoamericanos por sobre los europeos.
Colapinto firmó por cinco años con Alpine como piloto de reserva detrás de Jack Doohan.
El mexicano se mantuvo en la máxima categoría desde 2011 hasta el último año, cuando Red Bull decidió reemplazarlo.
Pérez comparó todo el tiempo sus inicios con los del pilarense, con acento en las dificultades que afronta alguien no europeo para insertarse en ese ámbito en donde pesan tanto las cualidades técnicas como los contactos y los apoyos económicos. "Sin dudas, es mucho más difícil para un piloto latino que para uno europeo. En automático comparto muchas más cosas con él que con cualquier otro piloto, porque los dos hemos pasado por cosas similares”, afirmó.
También, Chaco trazó un paralelismo con su propio desembarco en la categoría: “Recuerdo que cuando llegué nunca tuve apoyo, ahora que llegó Franco, me gusta ser ese apoyo para él, le llevo muchos años de recorrido en la F1 y puede tener una buena carrera”.
Como piloto lo ha hecho muy bien, ha sorprendido a todo el mundo muy rápido, pero también hay que ser conscientes que esto es solo el inicio y la vida en la F1 cambia en un segundo. Espero que pueda conseguir un asiento para la próxima temporada porque se lo merece”, consideró el mexicano.
Por último, a la hora de reconocer a las personas que más lo ayudaron en su carrera, habló de su hermana en la parte logística y comercial, del apoyo emocional de su esposa e hijos y del sacrificio de su madre, muy similar a lo sucedido en la familia Colapinto: "Mi mamá fue una parte fundamental, por todo. Imagínate que tu hijo se vaya a los 14 años a vivir fuera, sin saber dónde, con quién, cómo".