La potencia más “austral” del mundo…
La Selección despachó a Australia con un partido memorable de Lionel Messi. Otra vez el equipo le regaló una alegría inmensa al país y el viernes que viene se enfrentará a Países Bajos.
Por Juan Pablo FerrariEl capitán nos abrió el marcador y puso claridad en el camino. Pasamos, festejamos, seguimos soñando en Catar.
04/12/2022 - 00:00hs
Por Daniel “Profe” Córdoba
El seleccionado argentino de fútbol nos sigue ilusionando, ahora nos metió en los cuartos de final de la Copa del Mundo de Catar 2022. Fue con un gran triunfo, con un sufrimiento que no nos merecíamos, por 2 a 1, con goles de Lionel Messi y Julián Álvarez contra Australia, en un encuentro de alto vuelo en el rendimiento del combinado nacional.
En la previa, vi a un rival que tiene un fútbol muy físico, con mucha altura en sus hombres y que son muy rudos en la marca. El combinado nacional debía tener mucho cuidado en las pelotas quietas en contra, mientras que en aquellas a favor no debía tirar los centros de una. Ellos cuentan con poca técnica, pero mucho orden. Cuatro defensas en línea, a cinco metros de su área y poco más.
Con el diario del lunes, si fuera Lionel Scaloni buscaría tener mucho control del balón y marcar con defensores cuando se tenga la pelota, como también a la hora de atacar. Había que arrancar tranquilo, metido, porque se llegaba cansado. Australia iba a jugar todo de aire, por donde sea, y salir, buscar la segunda pelota, mientras que en fase defensiva descender con tiros largos.
Pero todo esto se quemó. A los 2 minutos había un penal ante un centro de Alejandro Gómez. Ellos presionaron a full, recibieron una amarilla por una pisada fuerte contra Marcos Acuña. Nosotros tuvimos campo y pelota, de buena manera, con paciencia y corazón.
Fue un monólogo nuestro, Rodrigo De Paul es de los míos, mete, corre con alma y fe, me identifico con él, aunque no está fino. Ellos tocaron mucho, tendríamos que haber cortado más, con una presión arriba, para obligar a dividir. Nos quitaron el fútbol y nos sacaron ritmo, pero apostaron a los tiros detenidos para buscar un cabezazo.
A Messi le costó tener contacto con la pelota, pero luchó el partido, pata, suela y combinaciones. Sin embargo, ellos no se inmutaron. Encaramos, con paredes, hasta que rompimos la pared, con una minicriatura que nos puso un gol arriba, con el pie de Dios. El Mago de Pujato acertó en el segundo tiempo y clasificamos, sufriendo injustamente.