El Pincha se quedó en el segundo tiempo y los cambios que hizo el técnico no ayudaron para cerrar el resultado que hasta el minuto 34 del complemento tenía al equipo arriba en el marcador.
Por Daniel “Profe” Córdoba
Cuando vos en una final a los dos minutos y cincuenta segundos te ponés en ventaja realmente todo, absolutamente todo, te resulta más fácil.
En ese brevísimo tiempo apareció esa estrella que siempre acompaña a Estudiantes y que tuvo a Javier Correa definiendo de cabeza cuando todavía no se habían jugado tres minutos de partido.
El Pincha tuvo tres situaciones más claras en el primer tiempo, siendo un centro de Cetré una verdadera pesadilla para los rivales tirando centros por todos lados. Además Correa fue siempre una amenaza y de no ser por Armani, el equipo de nuestra ciudad hubiese terminado con mayor diferencia en los primeros cuarenta y cinco minutos.
Si bien Cetré fue la figura en la primera mitad del partido, el segundo punto alto fue el arquero de Estudiantes que desvió un cabezazo de Borja y que también atrapó una pelota muy difícil abajo junto a un palo.
Evidentemente el gol tempranero de Estudiantes hizo que River tuviese que demostrar. Finalmente puso tres puntas y tampoco era lo que convenía. ¿Por qué no convenía ninguna de las tres cosas? Porque a espalda de Granadita, Estudiantes le jugaba con los cuatro volantes que eran superiores en cuanto a la recuperación de la pelota a los tres de River. Encima, los tres puntas de River se entregaron fácilmente a sus marcas.
Cuando un equipo como el Millonario plantea un partido así, hay dos opciones: monopolizar la pelota, la tenés y jugás. O vas a padecer el que te cueste recuperarla, que fue lo que pasó en Córdoba, y con el equipo de la banda roja veremos si en el segundo tiempo con algunas modificaciones River puede cambiar la historia. Estudiantes apuntó todo esta final y evitó poner titulares en Junín. River puso todos los titulares en un partido que ganó.
En la parte final Estudiantes se quedó. Los cambios que hizo el técnico no ayudaron para que el equipo pueda cerrar el partido. Así, con el equipo de Demichelis atacando, el gol parecía caer por decantación. Pero recién llegó a los 34 minutos, cuando Solari intentó mandar un centro buscapié y la pelota se terminó desviando en Zaid Romero. Estudiantes no reaccionó y un disparo de Aliendro, quien sabía que si probaba a Mansilla desde afuera del área podía ser “medio gol”, descolocó a todo el equipo Pincha y le terminó dando el otro título al Millonario.