Se impuso por un trabajado 7-5, 6-3.
Casper Ruud sonríe sin parar. Su semana en el Open de Barcelona será recordada como una muy especial en su carrera: no solo logró vengar la derrota ante Tsitsipas en la final de Montecarlo la semana pasada, también consiguió su título número 11 y el primero de su carrera por encima del nivel ATP 250.
Ruud se impuso por un trabajado 7-5, 6-3 tras una hora y 29 minutos de juego para romper una racha de cinco derrotas consecutivas en finales.
“Solo quererlo un poco más que la semana pasada”, dijo Ruud cuando se le preguntó qué había hecho contra Tsitsipas en Barcelona en comparación con Montecarlo. “En la final de Montecarlo siempre estuve a contrapié, demasiado atrás, y él tuvo demasiado tiempo para controlar el partido”. “Fue un comienzo un poco complicado, me quebraron enseguida”, reflexionó Ruud.
Todo con la bendición y satisfacción del histórico 12 veces campeón Rafa Nadal, quien siempre ha preponderado el exquisito comportamiento de Ruud, a quien acogió en su academia en Manacor junto a su padre y exjugador Christian Ruud.
El noruego había ganado sus 10 títulos anteriores en eventos ATP 250 y esta vez pudo aprovechar sus chances, con su habitual repertorio: con solidez, buscando sus mejores tiros desde el fondo de la cancha y poniendo presión ante un Tsitsipas que acumuló demasiados yerros.