Esta semana la dirigencia logró acordar la continuidad de jugadores históricos del club, además de la figura de este año, el Bochi inoxidable.
Villa San Carlos empezó hace varias semanas la pretemporada en el predio del Sindicato de Empleados de Comercio. Allí, el cuerpo técnico comandado por Leandro Martini, el máximo ídolo de la institución, con pasado en la Primera de Gimnasia y Esgrima La Plata junto a Mariano Messera, empezó a recibir buenas noticias con respecto al armado del plantel pensando en la Primera B Metropolitana 2023, buscando el ascenso nuevamente a la Primera Nacional.
El Celeste logró acordar la continuidad de Lucas Licht, el goleador del equipo en la última temporada, que seguirá jugando en Berisso hasta diciembre de 2023. Esto es una gran noticia, ya que el Bochi está vigente y rechazó una propuesta para trabajar en el fútbol del Lobo, siendo una especie de mánager, encargado del fútbol del club, cosa que quizás pueda cumplir en un futuro cercano, nunca se sabe.
Asimismo, el Villero cerró la incorporación del defensor central de las divisiones inferiores del elenco Mens Sana, categoría 2002, Matías Valenti, un gran valor del semillero tripero que quedó con el pase en su poder.
De los históricos, Federico Slezack, Ignacio Oroná y Pablo Miranda seguirán siendo jugadores de San Carlos, además Maximiliano Badell, Ángel Acosta y Alejo Lloyaiy continuarán defendiendo la camiseta del conjunto berissense.
Por otra parte, se cerró el primer contrato del delantero categoría 2002, Ramiro Bolech, que firmó como jugador profesional. Este año había marcado seis goles en la Tercera división (Reserva).
Saborido es baja
El lateral derecho, de gran temporada junto a Miguel Restelli, Juan Ignacio Saborido, firmó un nuevo vínculo con San Carlos, pero se marchó al General Caballero de Paraguay a préstamo y con una opción de compra por el 50% del pase. Allí tendrá la posibilidad de jugar competencias internacionales, en un salto muy grande para la carrera del chico formado en las juveniles de Estudiantes de La Plata. Saborido fue uno de los mejores jugadores en el año y eso le valió la posibilidad de pegar un salto impresionante para su vida deportiva.