Entrevista exclusiva

Bruce LaBruce revoluciona una vez más el Bafici

Ya un visitante frecuente de la muestra, vino con su última película, una mirada mordaz y ácida sobre una mujer que descubre que su marido la engaña con otro hombre.

Espectáculos

28/04/2022 - 00:00hs

Los amores de Lidia, ambientada en el mundo del porno, fue la excusa para que el ícono del cine queer Bruce LaBruce volviera, una vez más, al Bafici, Festival de Cine Independiente de Buenos Aires, del cual ya fue parte en 2005 y 2011. Además de estrenar aquí esta última producción, dio una masterclass, y diario Hoy pudo dialogar con él en exclusiva para conocer más de su trabajo y profunda mirada.

—Trabajás en la industria del porno y del cine independiente y sobre tu última película decidiste hacer una versión más light, que es la que trajiste aquí, de Los amores de Lidia, ¿por qué?

—Cuando comencé a hacer películas industriales con actores porno, convencí a los ­productores de hacer una versión más suave, pero con las mismas escenas, claro que más suaves, no tan explícitas, inspiradas en las películas porno de los setenta, y eso estuve trabajando, por eso hago versiones más ­suaves para festivales o para el estreno en salas comerciales.

—¿Tenés más libertad hoy en día para ­trabajar?

—No, al contrario, es todo más conservador, podés ver shows en HBO o Netflix desnudos masculinos frontales, pero no penetración, ese es el límite. No buscan cosas explícitas, creen que no hay mercado para eso, por eso trato siempre de pensar qué podría hacer y empujar los límites de mi trabajo, lo pienso como una competencia conmigo mismo, y creo que el porno es político, el cine tiene que hacerse preguntas sobre esto, a menudo estoy en el medio, porque mis películas independientes son demasiado pornográficas, y mis películas porno son demasiado artísticas, así que estoy en el medio, no hay mucha gente que haga esto.

—Tenés un grupo de fanáticos muy grande de tu trabajo, jóvenes principalmente, ¿te gusta ese feedback?

—Es lo que más me gusta de los pequeños festivales que visito, porque si bien tuve premieres en grandes muestras como Cannes, Venecia, Locarno, me gustan estos más pequeños, queers, en Bogotá, Belgrado, Santiago de Chile, hay una energía política muy interesante allí, porque la homosexualidad aún no está tan aceptada como en Estados Unidos.

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