Comenzó una nueva edición de Espanoramas

Espanoramas 10ª edición, la muestra de cine español más grande de Buenos Aires, ya comenzó y seguirá hasta el 13 de octubre con una maratón de películas con lo mejor de la cinematografía española en la Sala Lugones y en el Malba. Hablamos con uno de los curadores, Fran Gayo, para conocer más detalles.

—Nueva edición, un recorrido por la obra de uno de los grandes realizadores hispanos, ¿por qué decidieron que este año iban a enfocarse en él?

—Yo creo que el hacer un foco dedicado al cine de Víctor Erice era una cuenta pendiente, sabiendo la cantidad de seguidores y seguidoras que sus películas tienen entre la cinefilia porteña y más teniendo en cuenta su regreso por todo lo alto en 2023 con una película grande y emotiva como es Cerrar los ojos. Y un ciclo de esta envergadura nos parecía además ideal para un año en que se celebra la décima edición de Espanoramas. Dentro de la dificultad, hemos tratado de que el foco fuese lo más completo posible. En ese sentido, estamos muy contentos de haber podido recuperar El sol del membrillo, una película que no tanta gente ha podido ver en pantalla grande. O de proyectar Los días perdidos, el trabajo con el que Erice se licenció en la Escuela Oficial de Cinematografía, en 1963. Un foco de estas características solo puede llegar a suceder cuando se cuenta con la colaboración de mucha gente, y la ayuda de Filmoteca Española, la Sala Lugones o el propio Víctor Erice ha sido fundamental.

—¿Por dónde habría que empezar este año el recorrido en Espanoramas?

—Es difícil decir porque viene mucho más cargado de programación de lo habitual. El ciclo de Erice, sin ir más lejos, se desdobla y ofrece una selección de films de cineastas en los que la influencia de Erice es clara, como Mercedes Álvarez, Carla Simón o Marta Lallana. Pero, más allá de eso, hay en Espanoramas un segundo y espectacular ciclo programado por Diego Trerotola de título Clásicas y Modernas. Este se proyectará en el Malba e incluye films como Los peces rojos, de Nieves Conde; Un hombre llamado Flor de Otoño, de Pedro Olea; o la mítica ¿Quién puede matar a un niño?, de Narciso Ibáñez Serrador. Es difícil hacer una hoja de ruta, la verdad.

—¿Expectativas con la nueva edición?

—Expectativas, todas, las mejores. Es una edición diferente. Se ha dejado de lado, en este caso, el centrarnos exclusivamente en las novedades. En esa idea que siempre repetimos de tomar la temperatura del cine español más reciente. Y se ha armado algo mucho más ambicioso que intenta echar luz sobre el camino y los cineastas que nos han llevado a este momento que actualmente se vive en España, la idea de ese nuevo cine español que llevamos años reivindicando.