En un repaso histórico por los ciclos, personajes y figuras que marcaron un momento de la farándula argentina, diario Hoy recuerda el escándalo
entre el entrenador y
la menor de edad.
A finales de los años 80, Héctor “Bambino” Veira era una figura del fútbol en la Argentina y años después tendría un cargo como técnico deportivo. Por ese entonces estaba casado en segundas nupcias con la modelo Sonia Pepe, tenía dos hijas de este lazo matrimonial y una más grande de una gestión anterior. Recordemos que era una pareja dorada constituida por un ídolo deportivo y una musa de los diseñadores.
Sin embargo, como no todo lo que brilla es oro, las luces del éxito estaban por empañar la algarabía con un escándalo sexual que dejaría huella hasta nuestros días. Sucede que a mediados de octubre de 1987 una familia decidió salir de paseo por Buenos Aires. El padre del clan estaba junto a su hijo y un amigo suyo llamado Sebastián Candelmo.
Se encontraron al futbolista y le pidieron un autógrafo, y el famoso invitó al pequeño a que subiera a su departamento para que le firmara el papel, ya que precisaban un bolígrafo que funcionara. Una vez en la vivienda, el adulto le exigió al menor que se bajara los pantalones para luego abusarlo sexualmente.
Al llegar a la casa, Candelmo le relató todo a sus padres, que lo llevaron a los médicos respectivos para luego hacer la denuncia correspondiente. En este sentido, la Justicia empezó los trámites, encontraron culpable al futbolista por el delito de “violación y corrupción de menores”, por lo que fue condenado a cuatro años de prisión.
Los representantes legales apelaron y lograron una absolución. Esta medida llegó hasta la Corte Suprema, que remató la decisión, y al final lo condenaron por seis años por “violación consumada”. De esta manera, el hombre fue enviado a la cárcel de Devoto, donde cumplió tan solo once meses y luego fue dejado en libertad.
Asimismo, era apoyado por el gobierno de turno llevado adelante por Carlos Saúl Menem, que se codeaba con el poder y las estrellas de la farándula vernácula. Estos contactos no fueron un detalle menor a la hora de la reducción de la pena, de la estadía en la cárcel dentro de un espacio muy preciso y con lujos, entre otras contemplaciones y beneficios.
Además, el entrenador volvió a trabajar en las canchas de fútbol. También debió abonar una suma de 100.000 dólares en concepto de indemnización a la víctima, que nunca estuvo conforme con la sentencia.
Con el paso de los años, Sebastián sintió que su identidad no se correspondía, entonces logró transicionar. Pudo operarse y cambiar su nombre a Praxedes e incursionó en la pantalla chica.
Es decir, trabajó como panelista en los shows del mediodía, como sucedió en las ediciones de Mauro Viale y otros programas de la televisión argentina. Comenzó también a trabajar sobre lo que vivió y brindó su testimonio. Se interesó por los estudios terciarios y eligió cursar la carrera de enfermería.
Hoy se aboca a su profesión, tiene trabajos esporádicos y elige un perfil bajo a la hora de vivir el día a día, aunque suele participar como invitada de los magazines cuando así la convocan. Recordemos que fue doblemente victimizada cuando sucedieron los hechos, ya que debió enfrentarse numerosas veces ante la Justicia, que no hacía su trabajo y dejaba vulnerable a la menor de edad.