Luis Hitoshi Díaz dirigió a la pareja en pandemia, en Misiones, para construir un relato intimista sobre el encuentro de dos desconocidos que se atraen a primera vista, aun sabiendo el riesgo que corren.
Una sola noche marca el regreso al cine de Emilia Attias junto a Naim Sibara, dirigidos por Luis Hitoshi Díaz, y narra el encuentro de dos extraños en medio de un lugar ajeno para ambos. Diario Hoy dialogó en exclusiva con Attias y Sibara para saber cómo se conectaron en la pantalla tras años de estar en pareja.
—Año intenso de trabajo y finalmente se estrena Una sola noche, ¿sensaciones que llegue a las salas?
—Naim Sibara: El último año y medio tuve la posibilidad de filmar cinco películas que se fue dando en esta búsqueda de conseguir lo que uno quiere que es hacer cine. Uno empezó de muy joven en esto como actor y la vida te va llevando a lugares que tal vez no soñabas o imaginabas, aunque la meta era hacer cine, y justo nos tocó la pandemia, feroz, en todos los sentidos, con la posibilidad de hacer esta película, con protocolos, sabiendo lo molesto que es, y no imaginé que el resultado iba a hacer el que finalmente es, porque los actores, en general, somos inseguros, en el sentido que uno pone el cuerpo, pero es una labor incierta. Encima como actor te ves vos, sos el instrumento, y cuando la vimos me relajé porque se ve plasmado el trabajo y vi que estaba mucho mejor que lo que pensaba.
—Emilia, ¿cómo es volver al cine para vos?
—Emilia Attias: Para mí es muy gratificante, lo extrañé bastante, y fue loco porque en pandemia filmamos una película en casa, no sentimos, tal vez como otros colegas, el alejamiento de la interpretación en cine, que fue muy duro para muchos. Y rodamos con el director, que vino un mes a vivir con nosotros, para contar cómo una pareja desconectada volvía a hacerlo, e hicimos todo nosotros, yo hice maquillaje, el vestuario, continuidad, el director por Zoom, y el director de fotografía nos decía cómo poner las luces, sumado a las cabezas de equipo, así estuvimos conectados con la interpretación y el cine. También hicimos una serie, pero esto fue volver al set, al cine, con mucha ayuda del Iaavim (Instituto de Artes Visuales de Misiones), todos con el entusiasmo de volver a filmar que hizo que todo tenga una magia especial, eso fue muy gratificante por parte de todos.
—¿Qué aditamento adicional tuvo el trabajar con Emilia?
—NS: La película no se desarrolló bajo los ejes de la normalidad, imposibilitando el diálogo directo con otras áreas. Más allá de eso, disfruté mucho hacerla y actuar con Emilia, porque, más allá de ser pareja, no la conocía trabajando. Sintiéndola, porque nuestro trabajo es sentir al otro, es un abstracto que está pasando, pero sentís al otro. Lo disfruté mucho, nos unió mucho, nos llenó de un compañerismo, de un código secreto que no lo tenía.
—Y volvés a seducirla en la pantalla…
—NS: Y a seducirla a ella, es muy loco, es lindo, se lo recomiendo a todos, es alucinante.
—¿Cómo fue descubrir a Naim en el set, compartiendo trabajo y multiplicándolo por tres en pandemia?
—EA: Lo que rodamos en casa en pandemia era distinto porque estábamos todo el tiempo con eso, fue muy experimental, de hecho hemos ensayado en casa, haciéndonos la gamba el uno al otro, pero lo de Una sola noche fue distinto. Me dio mucha satisfacción personal, por ser su compañera afectiva, descubrirlo así, porque conozco la capacidad que tiene y me daba mucha felicidad de verlo desenvolverse para que más gente lo conozca en esa faceta, acompañándolo. Además, a nivel profesional es muy fácil trabajar con él, es muy buen compañero, te da espacio, y por los años que tenemos juntos, los dos siendo actores, trabajamos de manera parecida, y nos entendimos mucho, fue muy fácil y placentero.
—¿En qué momento de tu vida te llega Lucía?
—EA: A mis 35 años recorrí un poco de la complejidad del ser humano, de la mujer, creo que tengo más herramientas para encarnarla que a mis 25, estoy un poquito más adelante que ella para resolver, siento que puedo darle algunos consejos, soy Lucía, fui Lucía en la película. Lo que hice fue empatizar con su búsqueda, sobre quién es, qué la hace feliz, tener crisis al respecto, es incómodo para una mujer con su ímpetu, no saber. Me identifico con ella, más joven, que el ímpetu que tenés no te permite tener todo bajo control. Lo que hice fue no juzgarla, entenderla, acompañarla, disfrutar de la frescura de la juventud, todas las etapas de la vida tienen su encanto, hay etapas de la juventud que yo padecí, un poco esto que ella atraviesa, la juventud es muy brillosa en muchas cosas, pero no te conocés tanto, te estas descubriendo, es parte del encanto de la juventud, pero lo que viví para mí fue incómodo, por lo que agradezco estar más aplomada.
Emilia Attias y su vínculo con el cine
La versátil intérprete, que ha desarrollado su carrera en diferentes soportes y tiene un rol clave como conductora del ciclo que la lleva a recorrer el mundo, analiza las diferencias del soporte cinematográfico por sobre otras vías expresivas que también la tienen como protagonista.
—Habiendo transitado otros espacios profesionales, ¿qué te da el cine que no encontrás en el teatro, en la televisión y la conducción?
—A mí el cine me fascina, es un espacio con el que me identifico mucho. Trabajo con profundidad, así me gusta a mí, con tiempo, en equipo. El teatro tiene algo también de eso, pero no lo elijo mucho por una cuestión de lo que implica de estar mucho tiempo en un lugar. El cine es el medio perfecto para mí, podés trabajar mucho tiempo antes, el rol, los vínculos, con profundidad, trabajando con otras áreas, las escenografías son generalmente espacios reales. Por eso interpretar en cine me parece más real, trabajando con equipos comprometidos, en televisión es más superficial el trabajo, no llegas a capas tan profundas, ni vos, ni otras áreas, todo es más demandante y más tirano, tiene un disfrute, pero mi energía va con la cinematográfica, de poder trabajar en capas más profundas, es un arte muy cuidado, idolatrado por los que pertenecemos al medio cinematográfico, trabajando por la excelencia de todos los espacios. Esto tiene que ver más con lo que me gusta hacer, exigiendo un trabajo de más profundidad, y por eso me gusta.
Naim Sibara y el desafío de un personaje distinto
Conocido por su perfil popular, Naim Sibara busca otras aristas de trabajo.
—¿Cómo fue ponerse en la piel de Horacio?
—Empecé a estudiar teatro de muy chico, fui al conservatorio, hice todas las cosas que tenía que hacer para ser actor y me dediqué al humor y la comicidad porque me costaba muchísimo ser yo mismo, por eso me era más fácil con un alter ego, con una máscara, me sentía cómodo y protegido. Hacer esto, donde me jugué más a ser yo, no tiene realmente tanto de personaje, sino de mí mismo, y yo tenía una enorme inseguridad de mostrarme cómo soy, sacando todo, y la honestidad es lo que más cuesta. Acá sos vos, no tenés que exagerar nada, no tenés ningún subterfugio o truco de los que estás acostumbrado hace muchos años, engaños, zonas de confort, lugares comunes que sabés que funcionan.