Producción nacional, suspenso y superhéroes en las series de la semana
Lo más destacado en las plataformas digitales.
El cantante de una de las bandas más queridas del rock nacional dialogó en exclusiva con diario Hoy sobre el presente de Los Pericos, su vida durante la cuarentena y su pasión por la gastronomía y el vino.
14/01/2022 - 00:00hs
Los Pericos es una banda de reggae y ska que forma parte de la escena musical argentina desde hace más de 35 años. Tres décadas y media en las que no dejaron de grabar álbumes, hacer giras, ganar premios y afianzar más y más el vínculo con su público, que no solo es argentino: Pericos es una banda escuchada en varios países de América Latina, especialmente en México.
Durante la cuarentena, momento difícil para la industria musical, estuvieron juntos para seguir fortaleciendo su música. Juanchi Baleirón invitó a sus compañeros a pasar los días de aislamiento en su casa y aprovecharon para hacer shows por streaming y planear nuevos desafíos. Entonces presentaron un documental con videos inéditos y anécdotas de toda su trayectoria y participaron de la primera edición virtual del festival Cosquín Rock.
Unos meses más tarde y con gran expectativa, compartieron una experiencia única por streaming. Así el público de diferentes ciudades del mundo los acompañó desde sus casas, pudiendo ser testigo de la dinámica más íntima de la banda.
Con un disco de covers entre las manos, que incluye desde canciones de Thalía hasta de David Bowie, la banda se prepara para dar conciertos en diferentes festivales de la Argentina y una gira por Estados Unidos.
—Los Pericos nació hace 35 años. ¿Cómo describirías el crecimiento de la banda? ¿En qué cambió, en qué maduró y en qué es siempre igual?
—Es un crecimiento integral de banda, en lo musical, en lo artístico, de actualización con las mecánicas diferentes que hemos vivido en 35 años de industria, de formatos. Desde el vinilo al CD, al mundo de hoy. Se ve claramente que hay más afluencia a conciertos y eso gana en valor. Antes, los discos se vendían en una cifra determinada y eso un poco se traslada al valor que tiene un concierto hoy. La tecnología evoluciona y genera una cosa más integral que no es solamente música. En la banda evolucionamos como personas individuales y como grupo humano, todo. Tenemos la suerte de que crecimos juntos y maduramos juntos, y bastante parejo. Y somos los mismos desde hace mucho tiempo, por eso es una mezcla de relación familiar y laboral, somos socios y un matrimonio múltiple. La complicidad y el compañerismo está desde siempre.
—¿Esa evolución está plasmada en su disco de covers?
—La evolución en general se plasma en diferentes acciones o ciertos detalles. Se plasma en trayectoria, en resultados. Pero este disco también te da la capacidad de elegir covers bastante diferentes a los que uno puede esperar de una banda como Pericos. Esto habla por un lado de reforzar un sonido propio de la banda, siempre, y animarnos a covers poco frecuentes, tomar desafíos, como de alguna manera va a ser. Son canciones ultraprobadas, pero apropiárselas para este disco es un desafío. No está todo asegurado en un disco así, hay riesgos, aunque sean canciones conocidas.
—Tienen un público que los acompaña siempre, ¿cómo es el vínculo con ellos? ¿Tienen algún tipo de feedback a través de las redes? ¿Los escuchan?
—El vínculo con los seguidores siempre fue muy directo, desde el comienzo. Siempre más o menos los grupos que han estado desde el comienzo van mutando, pero los ves. Generalmente después de un concierto hay charla, se comenta; las redes sociales obviamente han facilitado mucho eso y estamos atentos a eso también, es importante el feedback. Cuando uno hace un concierto especial, pensamos mucho en el público porque son quienes nos siguen, quienes nos piden que toquemos aquella o esta canción, más allá de los clásicos y los hits. Elegimos en base a lo que nos gusta a nosotros, pero escuchamos las opiniones y los comentarios, que nutren a la conexión.
—Cuando empezó la cuarentena en Argentina, se aislaron todos Los Pericos en tu casa, ¿cómo fue eso?
—La cuarentena en casa fue muy divertida, muy linda. Fuimos la única banda que estábamos prácticamente todos los miembros en una casa. La única casa libre era la mía, que es cómoda. La pasamos bien, el clima acompañó. Fue distendido, hubo charlas, música, un par de Instagram Lives y cosas así para mantener un poco la conexión. Hicimos un show a beneficio también, varias cosas. Y después taza taza, cada uno para su casa.
—A causa del aislamiento, hicieron shows por streaming. ¿Creen que es una modalidad que llegó para quedarse? ¿La volverían a usar, a pesar de que ya no exista aislamiento?
—Es una modalidad que suplantó algo que no se podía hacer en ese momento, en algún momento pensamos que podía quedarse como una alternativa al vivo y quedó como una opción. Puede llegar a suceder, pero con el paso del tiempo lo vamos viendo como lejano a eso, ¿no? Si se vuelve atrás con otro tipo de complicación o pandemia, sí que lo usaríamos. En ese momento usamos todo lo que estaba a mano, streaming, recitales desde autos, usamos todo lo que estaba al alcance para seguir generando conexión con la gente.
—Se viene una gira por los Estados Unidos, ¿cómo son las giras ahí?
—Estamos muy manijeados y contentos. Son ciudades muy lindas, no solamente las principales sino también las del interior de ciertos estados. Allá hay mucho público que nos va a ver, especialmente latinos. No solamente argentinos, uruguayos y chilenos, sino también mexicanos, que es un país al que estamos yendo mucho y en esta gira se refleja nuestra influencia en ese público, porque prácticamente el 50% es de México. Es lindo, es un reencuentro.
—Últimamente los espectáculos se ven amenazados por la nueva olade Covid-19. ¿Qué le dirías al público respecto de la seguridad en los recitales?
—Es muy difícil controlar a un público que tiene ganas de ver a su banda favorita y divertirse. Hay que respetar el distanciamiento y ser conscientes de que uno puede contagiar a alguien y complicarlo; creo que el barbijo va a quedarse durante mucho tiempo, la higiene. Y lo más importante es el distanciamiento, porque hoy es el Covid-19, mañana es otra cosa.
—Además de la música, te dedicás al vino. ¿Cómo fueron tus inicios en este arte?
—Además de la música a mí me gustan mucho la gastronomía y el vino. Por eso, con Marcelo Pelleriti, enólogo de Monteviejo, empezamos un proyecto de hacer vinos, como un regalo primero y después se transformó en salir al mercado con marcas. Hicimos Malbecaster, que es un Malbec 100 por 100 del Valle de Uco; después un rosado, Pinkflood; después el Gran Baleirón, que es un vino de alta gama. Y también me metí a hacer aceto y aceites con Laur, una aceitera muy importante de Mendoza, con Gabriel Guardia, que es mi amigo y el director de ese gran proyecto. También hicimos cervezas con Juguetes Perdidos, una cervecera de muy amigos, los mejores para mi gusto; son cervezas extremas, no cervezas típicas, sino una IPA más extrema. También me gustan los medios, he hecho radio, televisión. Y la música, que es todo.