Julieta Lande: “Todas las películas son necesarias para que haya una pluralidad de voces”
La cineasta habló sobre el estreno de su primer film.
entrevistaLa cineasta habló sobre el estreno de su primer film.
05/04/2024 - 00:02hs
En Hemshej, primera película de Julieta Lande, la realizadora comienza a indagar sobre sus raíces tras años de silencio familiar. En ese viaje, en el que está embarcada hace tiempo, se transforma como cineasta y como persona. Hablamos con ella para saber más detalles del filme que llega a los cines.
—¿Cómo te sentís con que finalmente la película se estrena?
—La verdad que estrenar es muy emocionante y sobre todo en este momento donde están atacando a la cultura y al cine, más específicamente, también. Y poder exhibirla en un espacio con tanta historia y también tan necesario como el Gaumont es mucha emoción. Además, me parece que es un buen momento para ir a apoyar estos espacios, así que personalmente es muy movilizante.
—¿La película vos la hiciste con ayuda del INCAA?
—Sí, tiene el apoyo del INCAA entre otras ayudas, pero bueno, sí fue el apoyo principal.
—¿Y qué reflexión tenés sobre los ataques que está recibiendo el cine? Esta idea de que al cine argentino nadie lo ve y las falacias que están tratando de instalar…
—Yo creo que dentro del espectro del cine argentino, las películas que se financian con el INCAA, tenés desde películas que terminan en salas comerciales a otras que son más chicas, pero que son necesarias justamente para que haya una pluralidad de voces. Me parece que es fundamental y que es muy importante, sobre todo hacer cine. Es muy difícil, es independiente, genera muchísimo esfuerzo y también genera muchísimos puestos de trabajo. Es importante como política pública que sean espacios que sigan existiendo. Me parece muy necesario poder aportar distintas miradas y muy necesario también para la identidad de nuestra sociedad.
—Tu película parte de una premisa que tiene que ver con la identidad, con cierto silencio en torno a tus orígenes. Y, justamente, estamos hablando primero de este ataque a la cultura; pero también hay algo de querer silenciar y de querer olvidar el pasado, o dar como por sentado que hay determinadas cuestiones que fueron superadas o que no existieron también. Se está estrenando dentro de un contexto donde la cultura y la memoria es clave en tu relato….
—Creo que la sociedad argentina se caracterizó siempre por darle mucho valor a la mirada hacia el pasado, por lo menos hasta este momento. Esa siempre fue como una impronta muy fuerte que no tienen todos los países en relación con su propia historia. Creo que lo que estamos viviendo ahora en ese sentido es muy grave, pero que también una gran parte de la sociedad sabe que es muy importante trabajar el tema de la memoria. Considero que más que nunca es importante poner eso sobre la mesa. Tal vez nosotros damos por sentado o pensábamos que algunas consignas eran consignas únicamente y en realidad hoy más que nunca significan mucho más. Es un poco loco, por lo menos yo, que ya nací en democracia, estar viviendo esto y darse cuenta de que quieran instalar un montón de cosas, que ya estaban de alguna forma integradas o no tan cuestionadas en la sociedad. Y que hoy, de pronto, busquen instalar esa cosa que busca de alguna manera romper con ese pasado y con la memoria no me parece. La película trabaja este tema desde otro lugar, pero sí, como decías, hay ciertos silencios que no tienen que ver solamente con una cosa de decisión personal o de una generación, sino también de ciertas imposiciones que vienen de las narrativas como estatales. Entonces, en ese sentido, sí, yo creo que es un momento que tiene, como hablamos antes, mucha relevancia por los temas que toca la película.
—Contame un poco el camino que hiciste para poder finalmente concretar la película. Había algo que te disparaba como determinadas consultas y ahí empezó un camino para ver qué había pasado con tu historia pasada, ¿cómo fue un poco?
—Fue un camino bastante no lineal, no es ponerle un solo inicio, pero había ciertos temas, ciertas preguntas, que yo me hice de chica y que de pronto, ya de joven, empecé a querer trabajarlas. No solo como preguntas, sino trabajar con eso para ver qué más había ahí y creo que uno de los posibles inicios fue en el 2014. Yo empecé a participar de un taller de escritura en el que estaba Romina Paula y de ahí empecé a trabajar con las fotos que tenía de mis abuelos y a escribir textos más narrativos, o ficciones sobre la historia de ellos. Como que había algo que las veces que yo había intentado preguntar decían que no se sabía casi nada de ellos, entonces en un punto dije: voy a empezar a escribir. Eso me llevó, por un lado, a inventar ciertas cosas, pero, por otro lado, ciertos elementos a mí siempre me habían llamado mucho la atención. Esas fotos en realidad creo que un año antes o dos años antes de hacer ese taller, yo había viajado a Polonia en el marco de un viaje educativo, un viaje que tenía que ver con enseñar un poco qué había pasado en el Holocausto y te llevan a los campos de concentración y exterminio. Era un viaje así como histórico sobre esos temas y cuando volví sentía que de alguna forma en verdad no sabía nada sobre mi propia familia que había vivido esa historia en carne propia. Entonces ahí fue como un disparador de decir: bueno, tengo estas fotos que me interesan mucho, quiero escribir a partir de la foto, a contar algún relato a partir de eso. Y ahí, en ese contexto, también surgió algo que iba a ser importante después para la película, que tenía que ver como con la búsqueda de mi primera persona. Empezó a forjarse ahí algo de esa narración que iba a ser no solo sobre la historia de eso, sino también desde mi mirada y, además, sobre mi propia historia. Estuve haciendo tres años el taller, participé de ese espacio y escribí durante esos años algo que fue como una especie de origen de la película. Tomó la forma de una película, pero bueno, eso fue un poco el inicio de este recorrido.
—¿Cómo fue ir encontrando los testimonios que mostrás en la película tras tanto tiempo de silencio?
—El primer camino lógico fue hablar con mi papá. Yo como no conocía a mis abuelos un poco lo que la información que tenía de ellos siempre había venido a través de él. Entonces después de estar escribiendo un tiempo un posible tratamiento de guion de la película, hubo un momento en el que dije, bueno, vamos a empezar a filmar algunas charlas con mi papá y así empezamos. Ese fue como el primer interlocutor, el que tenía como no solo más cerca, sino el que para mí era el principal vínculo entre mis abuelos y yo. Después surgió como la necesidad y las ganas de poder viajar e ir a ver un poco más allá. Por lo que tanto en Polonia como en Israel también sabía que quería hablar con mi familia, estaba como el otro personaje central, que es mi tío, como las dos visiones, de esos dos hijos que tuvieron mis abuelos. Pero, bueno, se expandía más también a hurgar en la siguiente generación, que era la de mis primos. Y en el caso de Polonia tuvo más que ver también con la coyuntura que nos fuimos encontrando durante el viaje, es decir, como que tal vez había ciertos lugares a los que íbamos a ir, pero no mucho con lo que nos íbamos a encontrar. Y los interlocutores que aparecieron en Polonia fueron más parte de la vivencia del documental mismo que los planificados previamente.
—¿Expectativas de poder mostrarla finalmente al gran público?
—Siempre es interesante ver qué tiene para decir la gente que la va a ver, ¿no? Bueno, ni siquiera tanto para decir, sino a veces te das cuenta por cómo salen, si alguien se emociona. Que me parece como que abre en ese sentido mucho el panorama, como decís, como que ya eso también lo vuelve un poco más incontrolable en el sentido de que al ser el Gaumont puede caer gente por recomendación, pero también puede caer gente que va porque quiere ir al cine. En ese sentido está buenísimo ver qué pasa con eso. O sea, mi expectativa tiene que ver con que se pueda difundir, con que sea como una ventana de exhibición que está buena y que genere sobre todo poder conversar después, reflexionar. Esto que decíamos antes de que es una película que dialoga de distintas maneras con el contexto, no solo el local, sino también con lo que está pasando el Medio Oriente en este momento. Entonces como que me parece que es un momento importante en ese sentido para abrir la reflexión.