La lucha de Melanie Griffith y su trabajo en Hollywood

La actriz, que se volvió popular gracias a su trabajo en Secretaria ejecutiva, en su biografía recuerda que concurría al set en malas condiciones debido a una adicción.

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30/08/2021 - 00:00hs

Durante sus primeros días en Hollywood, la por entonces joven modelo publicitaria Melanie Griffith quería incursionar en la actuación. Es por ello que, además de los castings para campañas y comerciales, había comenzado a estudiar tomando pequeños cursos. De esta manera, mediante roles pequeños fue logrando escalar en el organigrama de las estrellas y pudo obtener otros más trascendentes.

En su adolescencia, coincidió con Don Johnson en un set. Ella era menor de edad, él tenía dos divorcios a cuestas; pero de igual forma apostaron a un vínculo, que duró poco. Tiempo después, ella pasaría por el altar con otro famoso pero también terminaría esta relación.

Separada de su primer esposo, el cineasta y actor cubano Steven Bauer, y siendo madre de un hijo, la mujer logró obtener un papel en una película llamada Secretaria ejecutiva, donde interpretaba a una chica que marcaría tendencia. Allí volvería a los brazos del primer amor, el actor y cantante Don Johnson, y tendrían una hija que hoy sigue sus pasos: Dakota Johnson. Durante la filmación de la película, en 1988, la mujer atravesaba una seria adicción al alcohol y por ello llegaba ebria a las grabaciones. En consecuencia, el director de la película, Mike Nichols, se enojó y tomó represalias para que ella se diera cuenta de su irresponsabilidad. Es por ello que debió abonar 80.000 dólares inherentes a las pérdidas monetarias que tuvieron ese día por no culminar las escenas. Al respecto, la mujer recordó en su testimonio prestado para una biografía que homenajea al mentado cineasta: “Hubo muchas cosas que hice en ese film que no estuvieron bien. Tenía muchas fiestas en Nueva York, mucha cocaína, muchas tentaciones, y yo no estaba bien. Vivía diariamente en un mundo de excesos; y hubo un día en que llegué al set realmente fuera de mí”. Tras este episodio, Melanie también recordó que el productor de ese film la fue a buscar a su hogar, la llevó a desayunar y le informó que, en caso de continuar así, pagaría cada presupuesto que estuviera perdido por culpa de su irresponsabilidad. Este momento de público conocimiento hizo que la mujer recapacitara, y así el equipo de trabajo pudiera terminar el proyecto audiovisual. Al finalizarlo, ella decidió que emprendería un tratamiento en un centro de rehabilitación para poder comprometerse y así obtener su sobriedad. En este sentido, terminó el rodaje y se embarcó en una lucha continua para poder estar saludable y en eje. en ese proceso fue acompañada por su entonces esposo, que la apoyó para poder lograr su cometido. Al salir del tratamiento, logró retomar las riendas de su carrera profesional y obtuvo nuevos roles para diferentes filmes. Sin embargo, a los pocos meses su matrimonio, entró en una crisis que supo enfrentar gracias a la ayuda de profesionales. Pero el desgaste fue más fuerte y decidieron tomar caminos por separado. Así, el protagonista de División Miami se abocó a la producción, mientras que Melanie siguió en la interpretación para el séptimo arte.

Tiempo después, ella coincidió en una entrega junto a Antonio Banderas, y el flechazo fue inminente. La sensualidad y la piel traspasaron el rodaje y los tortolitos iniciaron una aventura amorosa que, una vez que trascendió, nadie apostaba a que duraría unos cuantos años. Se volvería un matrimonio que además tendría una hija en común, llamada Stella, que hoy es actriz y modelo. A pesar de todos los esfuerzos, la protagonista de La hoguera de las vanidades recurrió a la bebida, lo que ocasionó la vuelta de sus problemas. Es por ello que volvió a internarse en el año 2000 y luego en el 2009 por sus recaídas.

La relación entre Melanie y Antonio duró casi dos décadas, volviéndose los preferidos de la prensa internacional. Es más, ella se tatuó el nombre de su pareja; y al llegar el 2014 lo borró, cuando él fue captado en unas imágenes subidas de tono junto a una joven rubia. Allí anunciaron su divorcio y la relación no fue cordial hasta que pasó un tiempo considerable, cuando los dolores pudieron sanarse.

En 2017, Melanie Griffith volvió a las pantallas con dos producciones: The Distaster Artist y The Pirates of Somalia.

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