La lucha de Melanie Griffith y su trabajo en Hollywood
La actriz, que se volvió popular gracias a su trabajo en Secretaria ejecutiva, en su biografía recuerda que concurría al set en malas condiciones debido a una adicción.
Durante sus primeros días en Hollywood, la por entonces joven modelo publicitaria Melanie Griffith quería incursionar en la actuación. Es por ello que, además de los castings para campañas y comerciales, había comenzado a estudiar tomando pequeños cursos. De esta manera, mediante roles pequeños fue logrando escalar en el organigrama de las estrellas y pudo obtener otros más trascendentes.
En su adolescencia, coincidió con Don Johnson en un set. Ella era menor de edad, él tenía dos divorcios a cuestas; pero de igual forma apostaron a un vínculo, que duró poco. Tiempo después, ella pasaría por el altar con otro famoso pero también terminaría esta relación.
Separada de su primer esposo, el cineasta y actor cubano Steven Bauer, y siendo madre de un hijo, la mujer logró obtener un papel en una película llamada Secretaria ejecutiva, donde interpretaba a una chica que marcaría tendencia. Allí volvería a los brazos del primer amor, el actor y cantante Don Johnson, y tendrían una hija que hoy sigue sus pasos: Dakota Johnson. Durante la filmación de la película, en 1988, la mujer atravesaba una seria adicción al alcohol y por ello llegaba ebria a las grabaciones. En consecuencia, el director de la película, Mike Nichols, se enojó y tomó represalias para que ella se diera cuenta de su irresponsabilidad. Es por ello que debió abonar 80.000 dólares inherentes a las pérdidas monetarias que tuvieron ese día por no culminar las escenas. Al respecto, la mujer recordó en su testimonio prestado para una biografía que homenajea al mentado cineasta: “Hubo muchas cosas que hice en ese film que no estuvieron bien. Tenía muchas fiestas en Nueva York, mucha cocaína, muchas tentaciones, y yo no estaba bien. Vivía diariamente en un mundo de excesos; y hubo un día en que llegué al set realmente fuera de mí”. Tras este episodio, Melanie también recordó que el productor de ese film la fue a buscar a su hogar, la llevó a desayunar y le informó que, en caso de continuar así, pagaría cada presupuesto que estuviera perdido por culpa de su irresponsabilidad. Este momento de público conocimiento hizo que la mujer recapacitara, y así el equipo de trabajo pudiera terminar el proyecto audiovisual. Al finalizarlo, ella decidió que emprendería un tratamiento en un centro de rehabilitación para poder comprometerse y así obtener su sobriedad. En este sentido, terminó el rodaje y se embarcó en una lucha continua para poder estar saludable y en eje. en ese proceso fue acompañada por su entonces esposo, que la apoyó para poder lograr su cometido. Al salir del tratamiento, logró retomar las riendas de su carrera profesional y obtuvo nuevos roles para diferentes filmes. Sin embargo, a los pocos meses su matrimonio, entró en una crisis que supo enfrentar gracias a la ayuda de profesionales. Pero el desgaste fue más fuerte y decidieron tomar caminos por separado. Así, el protagonista de División Miami se abocó a la producción, mientras que Melanie siguió en la interpretación para el séptimo arte.
Tiempo después, ella coincidió en una entrega junto a Antonio Banderas, y el flechazo fue inminente. La sensualidad y la piel traspasaron el rodaje y los tortolitos iniciaron una aventura amorosa que, una vez que trascendió, nadie apostaba a que duraría unos cuantos años. Se volvería un matrimonio que además tendría una hija en común, llamada Stella, que hoy es actriz y modelo. A pesar de todos los esfuerzos, la protagonista de La hoguera de las vanidades recurrió a la bebida, lo que ocasionó la vuelta de sus problemas. Es por ello que volvió a internarse en el año 2000 y luego en el 2009 por sus recaídas.
La relación entre Melanie y Antonio duró casi dos décadas, volviéndose los preferidos de la prensa internacional. Es más, ella se tatuó el nombre de su pareja; y al llegar el 2014 lo borró, cuando él fue captado en unas imágenes subidas de tono junto a una joven rubia. Allí anunciaron su divorcio y la relación no fue cordial hasta que pasó un tiempo considerable, cuando los dolores pudieron sanarse.
En 2017, Melanie Griffith volvió a las pantallas con dos producciones: The Distaster Artist y The Pirates of Somalia.