Rita Cortese y Lorena Vega adelantan En el barro
El esperado spin off de El Marginal llega para narrar una historia de resiliencia y lucha tras las rejas.
entrevistaEl esperado spin off de El Marginal llega para narrar una historia de resiliencia y lucha tras las rejas.
14/08/2025 - 00:00hs
Rita Cortese y Lorena Vega son dos de las protagonistas de En el barro, que llega hoy a Netflix continuando, de alguna manera, la historia de El Marginal. En este caso, en la prisión de La Quebrada, Gladys Guerra “la Borges” (Ana Garibaldi) y un grupo de condenadas vivirán una transformación que las cambiará para siempre. En diálogo con diario Hoy, Cortese y Vega adelantan detalles de su participación en la serie de 8 episodios creada por Sebastián Ortega.
—¿Cómo se sienten al haberse sumado a esta franquicia que empezó con El Marginal y que ahora tiene su propia versión?
—Rita Cortese: Bien porque es algo que ha dejado un sedimento, El Marginal, muy alto, muy interesante, hacer una cárcel de mujeres también tenía sus desafíos, y además fundamentalmente porque es un trabajo.
—Lorena Vega: Sí, adhiero. Fue hermoso también el encuentro entre tantas mujeres distintas en el elenco, con distinta historia de trabajo desde distintos lugares. El encuentro con Rita, con Cecilia Rossetto, con mujeres del deporte, de la música que actuaron, que actuaron increíble, que la actuación hizo algo en ellas hermoso y que ellas le dieron a la serie también algo muy alucinante. Todas las del Teatro Independiente ahí. Fue un encuentro muy hermoso, virtuoso, en un proyecto difícil, complejo, intenso, decíamos recién. Así que, bueno, con mucho orgullo lo vivimos.
—¿Ayudó este encuentro, digamos, a llevar adelante esta historia que tiene tantas aristas difíciles? ¿Creen que fue más fácil también el encontrarse en el set?
—Rita Cortese: Es que no tenés alternativa, o te encontrás o no. O no se genera nada que sea interesante ni verdadero. Yo creo que las chicas tuvieron ahí una tarea fuerte.
—Lorena Vega: Sí. A ver, qué decirte. Era desafiante. Fácil no fue nada. Es una historia compleja, coral, de historias duras, profundas, de realidades difíciles. Y queríamos también hacerlo con respeto, pero sabiendo que teníamos libertad porque es una ficción. Pero a la vez, como decía Rita, estaba el precedente de El Marginal, con todo lo que eso marcó en el audiovisual argentino.
—Rita Cortese: Me parece que es otra cosa. Por supuesto, es la vida carcelaria, en este caso de mujeres y demás. Pero me parece que tiene otro punto, que eso es interesante también.
—Cuéntame un poco cada una ¿Cómo fue entrar en Moranzón y en La zurda? ¿Cómo fue preparar cada una el rol?
—Rita Cortese: A mí Moranzón me encantaba porque era muy perversa. Esos personajes siempre me divierten mucho. Además son interesantes porque uno tiene que ejercer una crueldad en un lugar muy inocente. Porque eso se lleva. Uno no tiene un juicio, no dice qué mala soy o qué perversa soy. Uno es. Creo que ese fue el gran desafío de Moranzón.
—Lorena Vega: En mi caso, vos sabés que al principio yo audicioné, pero después, cuando me dijeron que yo estaba en el proyecto, que iba a ser parte y demás, había como todavía una duda de qué personaje iba a ser. Estaba como en rotación yo, ¿viste? Entonces no quería terminar de encariñarme con uno, y finalmente, cuando se decide que haga La zurda, me parecía muy difícil y después le empecé a encontrar el sabor. Me parecía que estaba buenísimo esta mujer de tanto tiempo ahí adentro, que tiene una condena larga, que se va a tener que quedar ahí, pero que a la vez maneja la cosa, que tuvo una rotación porque primero era la mano derecha de una y después se cortó sola. Y cómo es parte de un poco lo que organizan con la directora, que son las que tienen que mantener el orden ahí adentro. Tenía mucho para jugar, aunque parece que tiene como un solo punto, me daba cuenta que tenía mucha historia y mucho para jugar. Y eso me parecía alucinante.
—RC: Y también la réplica de la cárcel con lo que es la sociedad. En realidad se repiten las cosas.
—LV: Sí, los roles, las tensiones.
—RC: Se reconstruye lo que uno conoce.