Gastón Pauls: “Para mí es muy importante retomar el juego”
Tras su dramática composición para Barrabrava, el popular actor ahora se anima a la comedia en una divertida y absurda propuesta.
Corpiños en la madrugada se editó en formato cassette en 1983. Aunque fue lanzado como demo, terminó convirtiéndose en el debut oficial de la banda de Luca Prodan y compañía.
04/10/2023 - 00:00hs
Si hubo una banda que partió y que fue un verdadero cimbronazo en el rock argentino, esa es sin dudas Sumo. Liderada por Luca Prodan -un artista provocador, talentosísimo, sagaz, inteligente, recontra informado musicalmente con respecto a lo que pasaba tanto en Estados Unidos como en Inglaterra-, aquella agrupación fue un sismo en la escena argentina de los 80.
En efecto, la historia oficial marca que su debut discográfico fue con Divididos por la felicidad, editado en 1985. Pero lo cierto es que la primera producción de la banda fue antes. En 1983 editaron en una tirada muy limitada de cassettes de Corpiños en la madrugada. Si bien en su momento fue considerado un demo, hoy día es tomado por todas y todas como el debut. En aquel trabajo, Sumo estaba integrado por Luca Prodan (voz y guitarra), Germán Daffunchio (guitarra eléctrica), Diego Arnedo (bajo), Alejandro Sokol (batería) y Roberto Pettinato (saxofón). La grabación, además, contó con los siguientes invitados: Daniel Colombres en percusión en Breaking away, Daniel Melingo en saxofón en De be de y La rubia tarada, y Waly García en piano en Solo piano.
La lista de temas de Corpiños en su edición original está conformada por Night and day, Mejor no hablar de ciertas cosas (la letra de esta canción pertenece al Indio Solari), Banderitas y globos, Teléfonos que suenan en piezas vacías/White trash, Una noche en New York City, Divididos por la felicidad, Quiero dinero, Fuck you, Disco baby disco (De be de) y Heroin. Vale señalar que muchas de estas canciones luego fueron incluidas en otros discos posteriores de la banda. Algunas de estas composiciones fueron escritas por Luca cuando aún estaba en Europa, por ejemplo Teléfonos sonando en habitaciones vacías y Breaking away.
El periodista Claudio Kleiman señaló en una reseña en la revista Rolling Stone: “Corpiños en la madrugada (título surgido a partir de una ocurrencia de Maia, la pequeña hija de Pettinato) es un documento indispensable para conocer el sonido del Sumo del Bar Einstein, antes de su ingreso en las ligas mayores (incluso el tema Quiero dinero está dedicado a los dueños de ese reducto)”.
El arte de tapa del trabajo, a la distancia, llama la atención, porque es apenas una línea donde se lee el nombre del grupo junto al título del disco. Letras negras, en el borde inferior sobre fondo blanco. Algo totalmente impensado para la época. El periodista Oscar Jalil escribió sobre el particular frontman de la banda: “Como un prepotente hostigador, Luca barrió -en los tremendos 80- las nociones fundacionales del rock argentino. Ese impulso, urgente y desesperado, trajo consigo nuevas cadencias y atmósferas oscuras, pero sobre todo actualizó la forma de entender el rock (…), captó el instante y lo hizo explotar muy al sur de todas las cosas”.
Y en una recordada entrevista con la periodista Gloria Guerrero, de hace muchos años, el propio Germán Daffunchio contó: “La dimensión de hasta dónde podía llegar el grupo era todo fracaso. Sumo estaba destinado al fracaso con Luca cantando en inglés. La esencia verdadera de Sumo, la más loca, estuvo en el Einstein y en el Zero Bar. Nos unía la gran pasión de salir a hacer quilombo. Pero el quilombo de romper todo. Queríamos machacarle la cabeza a la gente. Eso nos encantaba”.
En el gran documental Luca (2008, dirigido por Rodrigo Espina), acaso el mejor documental sobre música hecho en el país, puede observarse mucho de la primera época de Prodan, recién llegado a la Argentina, y por ende muchas escenas relacionadas con esta época de la banda.
En definitiva, hace 40 años Sumo grababa un disco que sería el comienzo, el estado germinal de una banda que lo cambiaría casi todo. Tal como señaló Daffunchio, no queda duda de que consiguieron machacarle la cabeza a la gente. Y dejaron, por un par de años, al rock vernáculo patas para arriba.