“Sentimos la responsabilidad de entregar cada vez un espectáculo fresco”

El excelso Mauricio Kartun puso manos a la obra para crear Terrenal, una obra

que data sobre la relación entre Caín y Abel en un contexto del conurbano bíblico.

En diálogo con diario Hoy, el equipo artístico presentó la función que los traerá a la ciudad de las diagonales. En este sentido, la cita obligada será el viernes 3 de junio, a las 21, en el Teatro Municipal Coliseo Podestá, calle 10 entre 46 y 47.

—¿Qué debilidades y fortalezas encontraron en esta obra? ¿Qué se destaca del recorrido?

—Con los espectáculos, como los hijos, se trata de encaminarlos, de darles todo lo posible y soltarles la mano después para que hagan su propio recorrido. La obra Terrenal, más allá de nuestra gestión de producción y la energía que le ponemos, ha creado una expectativa tan grande desde su estreno que consiguió moverse por sí mismo. Salió robusta la criatura, digamos. Eso sí, es demandante: si no la hacés con todas las ganas se desinfla. Por eso, los actores que han pasado por este elenco le han puesto siempre tanta garra. A cada función la salen a pelear como un partido.

—¿Cómo viven las reposiciones de este éxito? ¿Cuáles son las sensanciones que los atraviesan?

—Nos estamos acercando a las mil funciones, llevamos ya nueve temporadas ininterrumpidas, salvo por la pandemia, y así y todo aquel año alcanzamos a hacer un par de meses de funciones a lleno. Curiosamente, cada nueva tem­porada nos pone más exigentes. Sentimos la responsabilidad de entregar cada vez un espectáculo fresco. Claro, el éxito ayuda, pero como te decía, los actores se la juegan en cada escenario.

—¿Qué relato contiene la pieza teatral? ¿Qué hilos lo ligan a este presente?

—El mito de Caín y Abel, nada menos, pero pasado a clave nacional y jodona. En el estilo clásico del teatro de variedades. Ese es a mi entender un mito fundante de los dos grandes modelos ideológicos de mundo: el del nómade, el que disfruta la vida ligero de equipaje, y el del sedentario acumulador. No es difícil vislumbrar desde aquella historia, con toda la resonancia de sus leyendas complementarias y sus exégesis, el nacimiento, por ejemplo de lo que hoy llamamos capitalismo, pero que tiene raigambres mucho más profundas en el ser humano.

—¿Qué expectativas mantienen con respecto al estreno en La Plata? ¿Cómo se lo imaginan?

—El Coliseo Podestá es sin duda alguna una de las salas más lindas del país, con hermosa acústica y visión privilegiada en cada una de sus zonas. A los que nos apasiona el fenómeno de la función en sí y más allá de la cantidad de público, es un placer muy grande trabajar allí. Más allá de lo estético, estuvimos en ese teatro ya con Terrenal en 2016 y en 2018, y fue una fiesta. Sala repleta y un público tan entusiasta que nos convocó a esta tercera visita. Tenemos un público repetidor, mucha gente que la ve por tercera y cuarta vez y arrima a amigos nuevos. Nos da mucha curiosidad ver qué sucederá en La Plata esta vez.