ENTREVISTA

Después del atardecer: Mónica Antonópulos, Gerardo Chendo y un amor inolvidable

Desde hoy y hasta el jueves, en el Centro Cultural Recoleta se ofrecerá, recorriendo el lugar, esta entrañable historia sobre un vínculo más fuerte que el paso del tiempo.

Ángela (Mónica Antonópulos) y Teo (Gerardo Chendo) llevan veinte años sin verse. A pocas horas de regresar a Italia, país en donde vive desde entonces, Ángela asiste de forma espontánea a una retrospectiva que lo tiene a Teo en el centro de la escena. Es en medio de esta presentación pública que se dispara un encuentro inusitado que vuelve a poner a la pareja en jaque. Esta es la síntesis de Después del atardecer, de Andrea Ronco, dirigida por Franco Verdoia, que tendrá una temporada limitada de ocho funciones en el Centro Cultural Recoleta de la ciudad de Buenos Aires.

Con las horas contadas, despedida y ­encuentro configuran la difusa circunstancia sobre la que Ángela y Teo vuelven a darse una oportunidad.

—¿Cómo surgió la idea de Después del ­atardecer?

—Andrea Ronco: Esto empezó hace muchos años, traté de comprar los derechos de Antes del atardecer, la película, y estuvo Argentores durante muchos meses para conseguirlos, pero estaban peleados Warner, Richard Linklater y los actores, entonces cuando tuve el no, se me ocurrió la idea de empezar yo misma con todo y le puse Después del atardecer, porque tuve la idea de empezar el relato de otra manera, sumando el escenario también como protagonista, pensando siempre en el Centro Cultural Recoleta, y otros espacios, agregando al público y otros estímulos, donde interviene el cine y el teatro. Me tocó el año de la pandemia, se atrasó todo, Mecenazgo no se expidió, lo hizo en 2021, y había que encontrar al mecenas, y apareció en este verano, y yo ya estaba en conversaciones con el Centro y se mostró interesado, y así comencé a armar el equipo y el recorrido.

—Franco Verdoia: Yo venía de hacer Late el corazón de un perro, obra también producida por Andrea, que escribí y dirigí yo, y que sigue en Espacio Callejón, y que originalmente se estrenó con Mónica Antonópulos en el elenco. En ese tiempo Andrea me cuenta que quería tomar la trilogía de Linklater e inspirarse en eso para plantear un recorrido en un espacio público, así como en la película París o Praga funciona como una suerte de lienzo o escenario donde ellos recorren el mapa, ella quería trasladar el vínculo en un museo en vinculación y relación con el arte y que los espectadores, al mismo tiempo que presencian el hecho teatral tienen una visita por un lugar dominado o estimulado por el arte. Todo lo que tiene que ver con cruces de disciplinas me entusiasma, me convoca, me parece un lugar atractivo para explorar, porque soy un artista con tránsito en el cine, el teatro, la fotografía y sentía que esta idea de Andrea podía vincular todo esto.

—¿Cómo es para ustedes sumarse a esta experiencia que además se completa con el recorrido con el público?

—Gerardo Chendo: Para mí es un viaje muy interesante que para nada podía prever o imaginar. Empezamos en un espacio convencional, un estudio de teatro y al pasar al Recoleta empezamos a encontrarnos con novedades, como la presencia acústica, la presencia artística, espacios abiertos, cerrados, históricos y todavía estamos investigando. Creo que se completará con el público, porque ahora ensayando en el lugar está la gente, y nosotros estamos a los gritos, o corriendo. Es muy interesante y me da mucha alegría y estoy muy apasionado porque cada vez encontramos cosas nuevas, apareció luego la música, el equipo que se armó es maravilloso, y con Mónica, sin saberlo, estuvimos ensayando el año pasado clown, hay cine, es un viaje, que procesaremos un tiempo después.

—Mónica Antonópulos: Este es mi segundo trabajo con Andrea y con Franco, y cada vez elijo más trabajar con grupos en los que se pueda investigar, donde sean creaciones colectivas y donde haya una búsqueda similar. En este caso lo que más me sedujo de la propuesta es que no se hace en un convencional teatro, es algo nuevo, innovador y dinámico. Eso me generó un atractivo muy grande, además que es algo a investigar. Espero que al público les guste, que se diviertan, que sean parte de una experiencia nueva, me parece que es algo casi colectivo que esa investigación y el público termina con la misma exploración e investigación, viendo cómo se sienten modificados, que se lleven preguntas y sensaciones, como siempre tengo la intención cuando hago teatro, que algo salga modificado en ellos, aunque sea con una pregunta o con algo, para que después charlen a la hora de analizar lo que vieron.

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