Uno de los objetivos de estas bibliotecas y centros culturales itinerantes es garantizar el acceso al libro y a la lectura en espacios no convencionales.
Durante los últimos meses, los bibliomóviles vienen redoblando su marcha por todo el mapa de la provincia de Buenos Aires. Se trata de una flota de vehículos de la Conabip que funcionan como bibliotecas itinerantes con un equipamiento que los transforma en pequeños centros culturales ambulantes. Así, durante las últimas semanas, han pasado por localidades como Roque Pérez, Rafael Obligado, Necochea, Chascomús, Mar del Plata, Quilmes o Ranchos. Si bien su programación suele estar dirigida a todo público, su vínculo con las infancias se viene revelando como el gran fuerte.
“La llegada a cada lugar es mágica”, dijo Francisco Hernández, director de Bibliotecas y Promoción de la Lectura. “Tiene algo de fantástico. Sobre todo porque los bibliomóviles funcionan mucho con los niños. Es muy lindo poder ver la cara de los niños a medida que nos acercamos. Me ha tocado manejar los bibliomóviles y cuando llegamos nos encontramos con esas miradas de fascinación. Muchas veces no nos dejan armar nuestras cosas porque están fascinados no solo con los libros sino con el mero hecho de que llegue algo sobre ruedas que transporte libros”.
La función esencial de los bibliomóviles es garantizar el acceso al libro y a la lectura en espacios no convencionales o rurales. También, en todos aquellos sitios que por razones geográficas o sociales no tienen ese derecho garantizado. Sus actividades incorporan temáticas como las diversidades y géneros, el cuidado del medio ambiente, la lectura en las primeras infancias y los derechos humanos. “Generan mucha participación comunitaria”, contó Hernández. “Siempre cuando nos toca estar en algún evento con el móvil se acercan distintos adultos a preguntar qué es el programa, cómo funciona y dónde se puede pedir. Genera mucho ida y vuelta con la comunidad, y eso es algo muy lindo para los que trabajamos en este proyecto”.
En el marco del programa Buenos Aires Lectora y bajo la Dirección Provincial de Promoción de la Lectura, conducida por Ximena Talento, los bibliomóviles también llegan a cada pueblo o ciudad para asistir a las bibliotecas populares en sus proyectos y celebraciones. Por ejemplo, los aniversarios de las bibliotecas de San Pedro y Chascomús, que se remontan a la sanción histórica de la Ley Sarmiento en el siglo XIX.
“En este momento tenemos tres bibliomóviles circulando por la provincia de Buenos Aires”, dijo Hernández. “Dos de ellos están siendo dados en tenencia en comodato a las bibliotecas populares a través de los proyectos que se presentan tanto en nuestra dirección como en Conabip. Una vez aprobados esos proyectos, los vehículos se dan en tenencia durante tres meses y recorren un cronograma que tiene que ver con el proyecto que presenta cada biblioteca. La idea es que el móvil no quede parado en la puerta de la biblioteca, sino que circule en la comunidad, de manera que cada entidad debe articular con otras instituciones de la localidad: bibliotecas, institutos de menores, comedores y escuelas”.