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Un nuevo estudio señala que la ascendencia de estos animales puede rastrearse hasta dos poblaciones de lobos de la Edad de Hielo.
30/06/2022 - 00:03hs
Si bien los perros descienden del lobo gris y su domesticación se produjo hace al menos 15.000 años, todavía se desconoce dónde se dio este proceso. En este sentido, un nuevo estudio apunta que la ascendencia de los caninos puede rastrearse hasta dos poblaciones de lobos de la Edad de Hielo. Los expertos utilizaron restos de estos animales excavados previamente, a fin de obtener datos de las secuencias de ADN.
En este marco, la investigación que estuvo dirigida por el Instituto Francis Crick analizó los genomas de 72 lobos antiguos, de los últimos 100.000 años, procedentes de Europa, Siberia y Norteamérica. Por su lado, la Estación Biológica de Doñana (Huelva) contribuyó con distintas muestras.
Cabe destacar que los genomas de ese número de lobos antiguos que han sido analizados abarcan aproximadamente 30.000 generaciones; esto posibilitó desarrollar una línea de tiempo de cómo se ha modificado el ADN en esa especie.
Asimismo, los expertos hallaron pruebas de que dos poblaciones diferentes de lobos contribuyeron con su genética a los perros.
De este modo, los primeros caninos del noreste de Europa, Siberia y América “parecen tener un único origen compartido con la fuente oriental”, al tiempo que los de Oriente Medio, África y el sur de Europa tendrían una ascendencia de otra fuente relacionada con los lobos de Oriente Medio, además de la oriental.
En este sentido, los científicos cuentan con dos posibles explicaciones a esta doble ascendencia. Una de las opciones que se plantea es que los lobos hayan sido domesticados más de una vez y que las diversas poblaciones se hayan mezclado.
Por otro lado, que la domesticación se diera una sola vez y que la doble ascendencia se deba a que estos primeros perros se mezclaran con lobos salvajes es otra de las hipótesis. No obstante, se advirtió que hoy en día “no es posible determinar cuál de estas dos hipótesis se produjo”.
Analizar el pasado
Con los genomas de lobos antiguos analizados, que abarcan unas 30.000 generaciones, y la mencionada línea de tiempo construida, se pudo divisar que en unos 10.000 años una variante genética pasó de ser muy rara a encontrarse presente en todos los lobos; actualmente se halla en ambos animales.
En este contexto, la variante afecta al gen IFT88, que interviene en el desarrollo de los huesos del cráneo y la mandíbula. Existe la posibilidad de que su expansión haya sido impulsada por una modificación en las presas disponibles a lo largo de la Edad de Hielo, brindando una ventaja a los lobos con una determinada forma de cabeza, aunque el gen también podría contar con otras funciones desconocidas.
En lo referido al equipo de investigadores, este sigue en la búsqueda de un ancestro más cercano de los perros, que podría develar con una mayor precisión el sitio en donde posiblemente haya tenido lugar la domesticación; a su vez, ahora se centran en los genomas de otras locaciones no incluidas en este estudio.