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cienciaAstrónomos consiguieron seguir de cerca una supernova, mientras su luz emergía del material circunestelar en el que estaba incrustada la estrella en explosión.
30/03/2024 - 00:00hs
Utilizando múltiples telescopios, incluido el Observatorio W. M. Keck en Hawai, investigadores del Instituto Weizmann de Ciencias pudieron recopilar datos precisos de una supernova única llamada SN 2023ixf. Sus hallazgos se publican en la revista Nature.
Hasta hace poco, las supernovas se consideraban raras y se conocían sucesos en la Vía Láctea que ocurrían, en el mejor de los casos, una vez por siglo, iluminando el cielo nocturno con la intensidad de 100 millones de soles. La última explosión observable en nuestra galaxia tuvo lugar hace cientos de años.
Desde entonces, los avances en la tecnología de los telescopios ayudaron a identificar supernovas en galaxias distantes, proporcionando más datos de los que antes eran posibles. Aun así, persiste el mismo problema, dado que las explosiones no se pueden predecir. En este sentido, los astrofísicos son como arqueólogos espaciales: generalmente llegan al lugar después del evento e intentan recopilar información de los restos.
“Eso es lo que hace que esta supernova en particular sea diferente”, dice el estudiante de doctorado Erez Zimmerman, que participó en la investigación. “Pudimos, por primera vez, seguir de cerca una supernova mientras su luz emergía del material circunestelar en el que estaba incrustada la estrella en explosión”.
Los científicos admitieron que tuvieron suerte. El equipo del Instituto Weizmann de Ciencias solicitó tiempo de investigación en el Telescopio Espacial Hubble, con la esperanza de recopilar datos espectrales ultravioleta (UV) sobre cualquier supernova que interactúe con su entorno.
En cambio, tuvieron la oportunidad de presenciar en tiempo real una de las supernovas más cercanas en décadas: una supergigante roja explotando en una galaxia vecina llamada Messier 101, también conocida como la galaxia Molinete.
No sólo lograron que el Hubble tomara las coordenadas y el ángulo correctos para registrar los datos necesarios, sino que, debido a la relativa proximidad de la explosión, resultó que el Hubble ya había realizado grabaciones en este sector del universo muchas veces antes.
En cuanto a los archivos de la NASA, el equipo pudo adquirir datos anteriores a la eventual desaparición de la estrella (cuando todavía era solo una supergigante roja en sus etapas finales de vida), creando así el retrato más completo de una supernova: una combinación de sus últimos días y su muerte.