Investigadores locales evaluaron el estado de la Cuenca Matanza-Riachuelo
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En 2003, el cantor español quiso trabajar para el retorno del menemismo a la Casa Rosada.
18/06/2023 - 00:00hs
El Corriere della Sera lo dio por confirmado. No se trataba de un diario amarillista. Allí estaba la declaración: “Voy a ser el jefe de campaña de Menem en el 2003”. El artículo llevaba por título: “Julio Iglesias desembarca en política”. La prensa argentina se hizo estruendoso eco.
Difìcil no considerarlo una broma. Carlos Saúl Menem había abierto las puertas y las ventanas de la política a toda la farándula, pero en el 2002 ya estaba en declinación y su palabra era una mota de polvo en el viento. El diario italiano abría así la nota: “Más de 250 millones de discos vendidos en todo el mundo, 30 años de carrera artística. Julio Iglesias ya no tiene qué probar en el escenario”. El cantante quería dar sus primeros pasos en política. Argentina era un ensayo, España el objetivo final. Seguía llamando “presidente” a Carlos Saúl Menem, y más de una vez había confesado públicamente su admiración por el riojano.
El autor de la nota había sido categórico: “Sin duda la experiencia en marketing como la de Iglesias no es un factor para desdeñar. Si el gran Julio logra vender la imagen de Menem con la misma habilidad con la que vende sus discos en los confines del mundo, su retorno a la presidencia está asegurada”. Uno de los hombres más cercanos a Menem, Eduardo Bauzá, tenía una opinión distinta, y le sugería a Julio Iglesias que se esmerara “porque hay varios pibes, como Luis Miguel, que le están sacando espacio”.