Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Pensilvania asegura que la Covid-19 lleva varias décadas entre los murciélagos. Podría haber más linajes del virus en condiciones de infectar humanos.
Según una reconstrucción genética realizada por investigadores de la Universidad del Estado de Pensilvania, en Estados Unidos, la Covid-19 existe hace más de 40 años en los murciélagos. Lo científicos advirtieron que en el último tiempo podrían haberse diferenciado más linajes del virus con características óptimas para infectar a los humanos.
Si bien se sabe desde el inicio de la pandemia que el nuevo microorganismo comparte más del 96% de su genoma con un coronavirus que infecta murciélagos, el estudio señala que ambas partículas se separaron entre 40 y 70 años atrás, lo que indica que el SARS-CoV-2 lleva varias décadas entre los quirópteros.
Por otro lado, el trabajo publicado en la revista Nature Microbiology destaca que se trata de agentes infecciosos con una gran capacidad para intercambiar material genético entre sí, por lo cual se vuelve difícil “identificar virus con el potencial de causar brotes importantes en humanos antes de que estos emerjan”.
Al analizar la proteína que permite el acceso a las células humanas, los científicos detectaron que es más parecida a la del virus que infecta al pangolín que a las de los murciélagos, por lo que no descartan que el mamífero haya sido un puente entre los murciélagos y los seres humanos. “La evidencia actual es consistente con que la evolución del virus en murciélagos haya dado lugar a (variantes) capaces de replicarse en el tracto respiratorio superior tanto del humano como del pangolín”, sostiene la publicación.
En relación al origen de la Covid-19, los expertos descartan que haya sido desarrollado de manera artificial mediante manipulación genética, asegurando que existirían huellas en el genoma que no fueron detectadas. Asimismo, Maciej Boni, coordinador del trabajo, aseguró que “si el virus hubiera escapado de un entorno de laboratorio, los primeros individuos afectados habrían sido los empleados del centro y sus familias”, y agregó: “No vimos esto en los 44 casos originales de finales de diciembre de 2019”.
Asimismo, Boni señaló que lo más probable es que el nuevo coronavirus provenga de una población de murciélagos de la provincia de Yunnan, en el sureste chino, ya que de allí “proceden los virus con parentesco más próximo”.
Para el desarrollo del trabajo, los investigadores compararon genomas del mismo subgénero mediante tres herramientas distintas, lo que arrojó que comparte un linaje ancestral con el virus RaTG13. De esta manera, las técnicas utilizadas señalan que la separación podría haber sucedido en 1948, 1969 y 1982.
Por último, Boni y su equipo de trabajo concluyeron que el salto a humanos se habría producido en noviembre de 2019, y aseguraron que es necesario contar con un “sistema de vigilancia de enfermedades humanas en tiempo real que rápidamente pueda identificar y clasificar patógenos”.