cultura

El mayor poeta aventurero

Arthur Rimbaud fue uno de los mayores poetas en lengua francesa pero, además, traficó colmillos de elefantes y se alistó en el ejército.

Interés General

13/03/2025 - 00:00hs

Contrario a su aspiración bohemia, Arthur Rimbaud nunca tuvo el aspecto descuidado de la época, no sufrió hambre ni le faltaron las comodidades típicamente burguesas. A los 16 años ya había sentado en sus rodillas a la belleza y la había injuriado.

El primer gran poeta que creyó en él fue Verlaine: Rimbaud era apenas un adolescente cuando empezó a enviarle algunos poemas vía correo, desde el remoto pueblo de Charleville. En París todos sabían quién era Verlaine, nadie había escuchado hablar de Rimbaud. Su mentor se enamoró perdidamente de su rabia y de su genialidad. En su obra “Los poetas malditos”, Verlaine escribió a propósito de su discípulo: “Su rostro tiene el óvalo de un ángel desterrado, los peinados cabellos eran de un color castaño claro y los ojos de un azul pálido inquietante”. Algunos de sus primeros poemas fueron escritos en latín, idioma que dominaba con gran fluidez. Tenía quince años cuando escribió el poema “Yugurta” , cuando el directo de la escuela lo leyó, dijo: “Nada ordinario saldrá de esa cabeza. Será un genio del bien o un genio del mal”.

Una de sus más destacadas admiradoras, Patti Smith, afirmaba que Rimbaud era el padre del punk. En ese sentido, no necesariamente se debía amar a la poesía para adorar a Rimbaud: a los 20 años ya había dejado de escribir y se había embarcado en otras aventuras que no tenían nada que ver con la literatura. Como si hubiera odiado lo que alguna vez fue. Igual, en “Una temporada en el infierno” ( la única obra que publicó en vida), ya lo había preconizado en uno de sus versos: “Viajaremos, cazaremos en los desiertos, dormiremos sobre el empedrado de ciudades desconocidas, sin cuidados, sin penas”.

Rimbaud nació el 20 de octubre de 1854, su padre era un capitán de infantería que abandonó a su familia siendo Arthur muy chico, tuvo una madre exigente y despiadada que lo castigaba encerrándolo en el granero de la casa. La mujer se había quedado sola con cinco hijos y esa fue la manera que encontró de educarlos. En el hermosísimo poemario de nombre “Iluminaciones” (1886), uno de los poemas dice: ““En un granero, donde fui encerrado a los doce años, conocí el mundo, ilustré la comedia humana. En una despensa aprendí la historia. En cierta fiesta nocturna, en una ciudad del Norte, encontré a todas las mujeres de los antiguos pintores. En un viejo pasaje me enseñaron las ciencias clásicas. En una magnífica mansión cercada por todo el Oriente realicé mi inmensa obra y pasé a mi ilustre retiro. He braceado mi sangre. Mi deber me es remitido. No hay ni que pensar más en ello. Soy realmente de ultratumba y nada de comisiones”.

En 1995, se estrenó una exitosa película sobre el romance entre Rimbaud y Verlaine, titulada “Total Eclipse”, de la directora polaca Agnieszka Holland, con Leonardo Di Caprio como Rimbaud y David Thewlis como Verlaine. Allí se cuenta la historia de la prolongada bestialidad de Verlaine hacia su esposa y de su romance con el joven poeta, que terminó desastrosamente: Verlaine pasó dos años en una prisión belga acusada de sodomía y Rimbaud huyó a Abisinia para pasar diez años en el desierto antes de regresar a Francia con un tumor fatal en la rodilla.

Rimbaud viajó por Europa, luego se alistó en las tropas holandesas para ser enviado a las colonias y recaló en Indonesia, luego en Java y más tarde en Yemen. Allí se convirtió en un traficante de armas y de colmillos de elefantes. La información de esos años es fragmentaria y se debe a las cartas que conservó su hermana. Enfermo, regresó a Francia a los 37 años, donde le fue amputada una pierna. Cuando estaba en su lecho de muerte, Arthur le decía a Isabelle, su hermana, lo que veía despierto: “Columnas de amatista, ángeles de mármol y de madera, países de belleza indescriptible”. Murió en Marsella el 10 de noviembre de 1931.

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