Entrevista a Raquel Robles
Se acaba de reeditar Pequeños combatientes, una novela ambientada en los años de la última dictadura contada desde la mirada de una niña.
culturaMehmet Alí regaló a Francia en 1830 este obelisco de Luxor.
16/05/2024 - 00:00hs
A comienzos del siglo XIX, Mehemet Alí, virrey de Egipto, había ofrecido a Francia uno de los dos obeliscos que se erigían cerca del pueblo de Luksor, antigua residencia de los reyes de Tebas, en la entrada del palacio de Ramsés. El regalo resultó un poco molesto: pesaba 22.000 kilos y la Marina francesa no contaba entonces con ningún barco capaz de cargarlo. Hubo que construir uno a propósito, con la proa movible, que había de ser remolcado.
Las dificultades comenzaron cuando hubo que trasladar al obelisco en barco. Con tal fin, la embarcación remontó el río Nilo y ancló sobre las ruinas tebanas. Se le colocó sobre un lecho preparado para recibirlo y hubo que rodearlo de telas que se regaban frecuentemente para evitar que se agrietase el casco bajo la acción del calor tórrido. Dos meses y medio después se comenzó la delicada operación de acostar el obelisco. Para ello se preparó un camino horizontal que se abrió cuidadosamente. El obelisco, envuelto en planchas y maderas, fue trabajosamente arrastrado por un sistema de poleas.
Una vez terminada la operación se introdujo el obelisco por la proa. La navegación fue penosa: tuvieron que soportar una tempestad, con el temor que la mole que conducían se corriese dentro de la cala y se hundiese. Finalmente, el obelisco fue llevado a la Plaza de la Concordia.