Mischa Cotlar fue un matemático ruso radicado primero en Uruguay y luego en Argentina.
A los 16 años, la familia de Mischa Cotlar se mudó de Ucrania a Uruguay. En un comienzo, se ganó la vida tocando el piano en un bar de Montevideo. Su padre le transmitió la pasión por el ajedrez y las matemáticas. Formó parte del Instituto de Matemática y Estadística de la Facultad de Ingeniería. A los 23 años se mudó a nuestro país, donde ejerció la docencia como profesor titular plenario del Instituto de Matemáticas de la Universidad da Buenos Aires.
Cuando el azar lo llevó de visita a Gonnet, encontró su lugar en el mundo. Allí se compró una casa, a la que fue a vivir con su esposa, la también matemática Jany Frenkel. Tenía una gran facilidad para relacionar los teoremas ergólidos con la teoría de las transformaciones, de Gilbert, y fue capaz de ver cosas a las que pocos científicos se asoman. En una carta a Albert Einstein, Cotlar escribió: “Los hombres de ciencia contribuyen a la guerra un millón de veces más que cualquier militar”. A partir de allí, se inició una copiosa correspondencia y fue el propio Einstein quien apadrinó la Asociación por la Responsabilidad Social del Investigador Científico, presidida en nuestro país por Mischa Cotlar.