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cienciaUn equipo de científicos argentinos y chilenos descubrió una nueva especie bautizada como Stegouros elengassen. Fue presentada en sociedad a través de la prestigiosa revista Nature.
02/12/2021 - 00:00hs
El acontecimiento acaba de ser anunciado con bombos y platillos en la prestigiosa revista Nature: un equipo de científicos argentinos y chilenos descubrió los restos de una nueva y extraña especie de dinosaurio acorazado en la Patagonia. Bautizado como Stegouros elengassen, el ejemplar vivió hace unos 74 millones de años (es decir, durante el Cretácico Superior) y pertenece al grupo de los anquilosaurios: un infraorden del que se han descubierto abundantes fósiles en el hemisferio norte, pero de cuya presencia en los continentes meridionales solo hay registros fragmentarios.
En febrero de 2018, Jonatan Kaluza, técnico principal del Conicet en la Fundación de Historia Natural Félix de Azara, se encontraba en la Patagonia chilena. Había acudido al Valle del Río de las Chinas en la Región de Magallanes para dictar un curso práctico sobre extracción y conservación de fósiles a un grupo de paleontólogos del país transandino. Sin embargo, pocos días antes de emprender el regreso, Kaluza y sus colegas se toparon con este esqueleto casi completo.
Debido al carácter esbelto de los huesos de las extremidades, los paleontólogos pensaron inicialmente que debía tratarse de un ornitópodo. “Cuando la preparación del fósil estaba casi terminada, nos dimos cuenta de que no podía tratarse de un ornitópodo, sino que, por las placas que le recubrían la espalda, debía tratarse de un eurípodo, grupo basal que contiene tanto a los anquilosaurios como a los estegosaurios”, dijo Kaluza. “Finalmente, llegamos a la conclusión de que se trata de un anquilosaurio transicional, esto es, un eslabón evolutivo entre los anquilosaurios y otros linajes más antiguos de dinosaurios acorazados”, explicó.
De acuerdo a los especialistas, el rasgo más llamativo de la nueva especie es el arma que poseía en la cola, compuesta por siete pares de osteodermos (huesos dérmicos) proyectados lateralmente de forma semejante a una fronda de helechos. Hasta el descubrimiento del Stegouros, no existía registro de un dinosaurio acorazado de extremidades esbeltas que tuviera, además, un arma en la cola.